Ponencia para mesa 1: Análisis de la Realidad
Nacional e Internacional
Alejandra Rosales Hernández y César Erick Castellanos
Martínez
Taller para
la Formación del Pensamiento Crítico “Dr. Pablo González Casanova”, CCH
Azcapotzalco
Los problemas que enfrentamos como jóvenes son
varios y diversos, dependiendo de las particularidades de cada uno de nosotros,
pero también compartimos problemas comunes. Soportamos los atropellos
sistemáticos de la sociedad actual, que nos fomentan, a través de la escuela,
la competitividad y el individualismo, y se preocupan poco o nada por
desarrollar nuestros valores humanos, priorizando una educación al servicio del
sistema y los intereses empresariales.
Tiempo
después debemos enfrentarnos a la difícil situación de conseguir empleo, viendo
con preocupación la alta tasa de desempleo, aun con estudios. Las condiciones
laborales en el país son deplorables, sin mencionar que la mayoría de los trabajadores no cuentan con prestaciones o ni si quiera
tienen un contrato de por medio. Sin lugar a dudas es crucial actualmente que
cualquier persona cuente con estudios universitarios puesto que las industrias
exigen mayor preparación, lamentablemente el que se tenga una licenciatura o
posgrado ya no aseguran que encuentres un trabajo bien remunerado o permanente.
Un problema es la deserción escolar, miles de jóvenes abandonan los estudios sin
forjarse futuro más sólido, lo que es un
problema puesto que como lo mencione antes,
una persona mejor preparada es lo que se pide a la hora de conseguir
empleo y ya que no se cuenta con estudios mayores a preparatoria o secundaria
no pueden aspirar a ganar más del salario mínimo.
La violencia que recibimos del sistema, o de la
sociedad moderna, no acaba ahí. En la familia, como es casi todas las
instituciones, nos vemos apresados por el autoritarismo, y pocas, o nulas
veces, nuestras voces son tomadas en cuenta. Algunos adultos, y el sistema,
suelen desprestigiar a los jóvenes por el simple hecho de ser jóvenes. Debemos
hacer mención que en ámbitos como el CCH, afortunadamente si hay espacios
libres, de debate, donde podemos participar y hacer, como lo es el Taller del
Pensamiento Crítico.
Otro problema son los medios de comunicación y
entretenimiento, que buscan fomentarnos un pensamiento único, homogeneizarnos,
e incitarnos al consumismo, y a una “cultura” banal, superficial, de las modas
y estereotipos, de las redes sociales, etc., enajenándonos así, de nuestra
realidad.
Nos enfrentamos, de manera general, ahora con la
profundización del neoliberalismo, a un sistema que deshumaniza, y nos
convierte en meras mercancías.
El Estado, en los últimos tiempos del
neoliberalismo, solo ha servido a los empresarios, y ha ido arrebatando
derechos a los trabajadores y a los estudiantes. Para que el Estado pueda hacer
algo por la población, habría que revertir ese modelo, o ese sistema económico,
y creo que los universitarios estamos en condiciones de buscar alternativas, de
proponer soluciones, y de incitar el cambio, tanto de manera individual como
colectiva.
El gobierno debería hacer a un lado la reforma
laboral, las empresas en la mayoría de las veces les piden a los recién
egresados contar ya con experiencia laboral, pero es aquí donde surge la pregunta ¿Cómo obtener experiencia si
no te dejan adquirirla?, los trabajadores por otro lado deben de exigir el cumplimiento
de sus derechos, asimismo no pasar por alto ningún tipo de violación al mismo.
Por otro lado los padres
de familia, deben de participar en la educación de sus hijos, así como también
involucrarse en los problemas que se le llegaran a presentar en la escuela,
siendo de vital importancia el no dejar que la educación sea de tiempo completo
(una de las cosas que se presentan en la reforma educativa) ya que se perdería
por completo la obligación que los padres tienen para con los hijos.
Nosotros podemos intentar, por más difícil que
sea, concientizar a nuestros familiares, amigos y vecinos de estos problemas, e
intentar penetrar en las decisiones y políticas de la colonia y la escuela.
Muchas personas ignoran realmente las cosas que pasan a su alrededor, el mundo
sufre un cambio (y no para mejor), la globalización y el neoliberalismo han
llegado a degradar en gran medida a la humanidad, se controla a las masa silenciosamente
encerrándolos en una burbuja donde lo que circula son los prejuicios, los
estereotipos y la idealización de una vida plena acompañada de los millones de productos
que se lanzan al mercado. Lo que consideramos una contribución para la
realización de un cambio a largo plazo, por muy pequeña que parezca es el
informar a las personas que a nuestro alrededor están, sobre las trampas y secretos que hemos aprendido
que maneja el mundo, esperando que en un futuro nuestra preparación como
profesionales llegue a contribuir con el
bienestar de la población.
Participar en un Taller de Pensamiento Crítico”
nos ayudó para aclarar ciertos conceptos propios del marxismo, conocer
pensadores y revolucionaros marxistas, pero sobre todo, a tener un pensamiento
crítico, donde la reflexión y la duda sean lo único certero, con una actitud
crítica, participativa y no solo, como el sistema quiere, obediente. Asimismo,
nos ayudó a descubrir en qué clase de mundo nos desarrollamos y ver más allá de
lo que pasa en nuestras vidas, y no pensar que todo es color de rosa como en
muchas ocasiones te llegan a decir, no es fácil ver que mientras te proyectan
en los medios el mundial de futbol o la canonización del papa (solo por
mencionar algunas), al mismo tiempo se estén aprobando nuevas reformas,
entonces el taller no solo contribuyo a que tuviéramos conocimiento de lo que
pasa, sino que además a que no toda información es confiable
Nos gustaría un México donde la competitividad,
el individualismo y el egoísmo sean suplantados por la solidaridad y la ayuda
mutua. Donde las riquezas, que son bastas, se repartan justamente entre quienes
la produjeron, y no sean usurpadas por un puñado de hombres. Donde la
tecnología no domine al hombre y a la mujer, sino al contrario. Donde lo
primordial no sea el dinero, sino el humano. Donde la opinión de todos se
escuche, y no solo un puñado de hombres tomen las decisiones. Donde la pobreza
luzca por su ausencia, y donde la libertad sea la esencia y realidad imperante.
Donde el autoritarismo y la violencia no tengan cabida. Donde la diversidad
humana sea no solo respetada, sino celebrada. Donde todos, absolutamente todos,
tengan un trabajo digno, una vivienda digna, educación y salud, y tengan más
tiempo de ocio para disfrutar eso que el capitalismo ha destruido, la vida.
Donde no hubiera tanta delincuencia, además de que el gobierno dejara de lado
el modelo neoliberal y las industrias redujeran en gran medida su huella
ecológica; así, también, nos gustaría vivir en una sociedad en la que no
hubiera machismo.
Un delirio esto, pero no vemos por qué no pueda
hacerse realidad. Creemos que todo ser humano se lo merece. Sin duda, recurrir a Marx es, para ello, necesario.
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