Antecedentes.
Con la caída del Socialismo Real, se
derrumba también nuestro gran referente: La Revolución de octubre de 1917 en
Rusia. La epopeya leninista se hace pedazos ante nuestros incrédulos ojos; el
capitalismo se restablece oficialmente en la otrora poderosa Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas
(URSS).
Con la caída del Muro de Berlín, se
nos viene para el proletariado una época negra, nefasta, donde la burguesía
internacional nos impone el consenso de Washington es decir, ni más ni menos el
neoliberalismo. Los neoliberales proclaman en voz de Fukuyama “el fin de la
historia”; ya Marx y Engels podrían ir cargando con sus teorías y sus huesos al
basurero de la historia, según esta peregrina “nueva concepción”.
El capital se reestructura, transforma
sus procesos productivos, sufre una revolución científica y técnica, reemplaza
los viejos modelos de administración del trabajo taylorismo y fordismo, por
nuevas formas administrativas de explotación, más modernas y sutiles, como el
toyotismo, que permite a los
trabajadores “participar” en las innovaciones productivas de mercancías y
servicios innovando siempre a favor del capital, pero siempre en contra del
trabajo, pues elimina sus conquistas históricas, le quita prestaciones, trata
de eliminar sus contratos colectivos de trabajo, reduce los programas de salud,
educación y vivienda, y pone en práctica programas asistencialistas que no son
otra cosa que limosna para las clases trabajadoras del campo y la ciudad.
La burguesía neoliberal, derrota a
todos sus enemigos: Socialistas, comunistas, movimientos guerrilleros, al
movimiento obrero etc. a todos nos
impone su ley y su fuerza ideológica, política y militar.
Para colmo China el otro coloso socialista,
también cae en la garras de la burguesía enquistada en el seno del Partido
Comunista de China, quien la lleva hacia
el capitalismo usando un eufemismo
hipócrita:”Socialismo de mercado.”
En conclusión el capitalismo
neoliberal triunfa en toda la línea sobre el Socialismo Real, el movimiento obrero y sobre nosotros:
comunistas y socialistas.
Un Nuevo
Periodo Revolucionario.
Pero “el
fin de la historia” proclamado por Fukuyama, no se realizó, el capitalismo
neoliberal ha estado lleno de las contradicciones inherentes a este sistema de
explotación.
La crisis
del capitalismo neoliberal global, consistente en la sobreproducción de
mercancías y servicios, y el predominio del capital ficticio por medio de una
criminal especulación financiera, no desaparecieron, al contrario han ido
profundizándose y haciéndose cada vez más frecuentes al acortar sus ciclos.
El
capitalismo neoliberal ha modificado la relación capital trabajo, imponiendo
nuevas formas de acumulación y explotación del trabajo, más intensivas y
autoritarias, más precarias en lo laboral y en lo salarial en suma,
desfavorables para los trabajadores, incrementándose la explotación, el hambre
y la miseria de las masas trabajadoras a escala planetaria.
La
política económica y social del neoliberalismo, ha agudizado la lucha de clases
a nivel internacional, y ha provocado una rebelión de las masas contra el
capitalismo, apareciendo conflictos sociales en casi todo el planeta: las
revoluciones en Sudamérica y África, las grandes protestas, huelgas y
manifestaciones en Europa, los indignados en España, los Ocupa Wall Street en
Estados Unidos, El Foro Social Mundial. # Yo Soy 132, Yo Soy 17, Pos Me Salto,
Las Asambleas Populares, el Congreso Popular, en México y otros movimientos.
Todos son en el fondo, expresiones de protesta y rebeldía contra el capitalismo
neoliberal.
Estos
factores han inaugurado la aparición de un nuevo periodo revolucionario
mundial, que no se apreciaba desde la segunda década del siglo pasado.
Caracterización de los Socialistas y
Comunistas.
No
obstante, todo lo acontecido en el mundo a partir de la caída del Socialismo
Real y de la imposición por parte de la burguesía internacional del
neoliberalismo. A los socialistas y comunistas, parecen habernos pasado de
noche estos procesos.
Seguimos
haciendo análisis, apegados a los “esquemas clásicos,” tradicionales del
marxismo leninismo, del trotskismo, estalinismo, maoísmo etc. pero no hemos
sabido comprender la esencia del “nuevo capitalismo” al que nos enfrentamos.
Nos ha
faltado analizar el fenómeno concreto desde su totalidad, estudiando también
sus especificidades y sus particularidades concretas.
Nuestro
grave error es, seguir viendo los fenómenos actuales desde enfoques y puntos de
vista caducos ya rebasados por la historia.
Debemos
preguntarnos ¿El capitalismo neoliberal funciona igual que en los tiempos de
Marx o de Lenin? ¿La clase obrera sigue siendo la misma o ha sufrido cambios?
¿En verdad el imperialismo ha sido la última fase del capitalismo? ¿Estamos
viviendo en verdad, una época de revoluciones proletarias? ¿Existe en la
actualidad la lucha encarnizada de las potencias imperialistas por los
mercados, dirimiéndose esta lucha con guerras entre los imperialistas?
Son
cuestiones muy importantes que tenemos que esclarecer, para hacer un correcto
diagnóstico que nos permita crear una táctica y una estrategia certeras que nos
lleve a derrotar al capitalismo y a los neoliberales.
Lo
fundamental en el marxismo es el método, el análisis concreto de la realidad y
sus contradicciones, determinar que es lo que ya está caduco, y que todavía
tiene vigencia, pero sobre todo que es lo nuevo en los procesos sociales y la
lucha de clases, eso es lo importante.
Por tanto
no se trata de tomar al pie de la letra lo que dijeron Marx, Engels, Lenin y todos los demás, y repetirlo hasta el
cansancio, tomándolo como la realidad concreta en un periodo histórico
determinado, sino de dilucidar cuales son las características reales del
capitalismo en la actualidad y cuales las tácticas y estrategias para
derrotarlo. Lo demás es dogmatismo, es seguir al marxismo como si fuera la
biblia, el texto sagrado que da para todo, y que crea la ilusión de que ya no hay
necesidad de investigar, analizar y reflexionar sobre los fenómenos
concretos.
Aunque el
capitalismo sigue estando basado en la explotación de la fuerza de trabajo como
lo estudió Marx. En la actualidad, ha sufrido cambios importantes que no
presentaba antaño, por ejemplo, el capitalismo neoliberal ha deslocalizado la
producción es decir, las mercancías ya no se producen en un solo país, sino que
presentan componentes de muchos países, lo que provoca que las empresas se
diversifiquen y se expandan en una forma horizontal ya no vertical.
En esta
nueva fase capitalista el proceso de acumulación concentración centralización
del capital, ha convertido en trabajadores asalariados, en proletarios, a
sectores todavía más amplios de la población trabajadora (sobre todo mujeres),
y ha dado lugar a profundos cambios en el propio proceso de trabajo en virtud
de su también creciente socialización, el uso de instrumentos perfeccionados de
producción, la introducción de nuevos métodos de control capitalista y el perfeccionamiento
constante de los sistemas de división y subdivisión del trabajo, todo ello para
elevar la productividad y las ganancias monopolistas.
Junto con
el incremento de la productividad, el capital monopolista neoliberal impone la
continua degradación del trabajo de obreros, oficinistas, y otros asalariados,
incluso técnicos obligados a desempeñar tareas cada vez más simples, rutinarias
e intensivas que, en paradójico contraste con su escolaridad creciente,
requieren una destreza decreciente, a la par de que se ven progresivamente
alejados de la comprensión del proceso productivo global y de sus bases
científicas, en una palabra la enajenación de los trabajadores es mayor.
Un aspecto
fundamental de nueva forma de explotación capitalista del trabajo, lo
constituye el outsourcing que es la subcontratación de la fuerza de trabajo
hecha por compañías diferentes al burgués explotador, que dispensa a este, de
toda responsabilidad que pueda generarse en el proceso de trabajo, como por
ejemplo el pago de prestaciones, accidentes de trabajo, etc.
Lenin en
su obra el imperialismo Fase Superior del Capitalismo, afirmó que esta era la
última fase del capitalismo, y que venía una época de revoluciones proletarias,
Sin embargo el capitalismo se reestructuró y triunfó sobre el socialismo real,
como ya vimos, y la época de revoluciones proletarias no apareció como tal, si
acaso la Revolución Cubana, pero de eso hace ya mucho tiempo 56 años para ser
exactos.
Actualmente,
no se vive una lucha “encarnizada” entre
las potencias imperialistas, es más, estas se han puesto de acuerdo para
repartirse el mercado (lo que no quiere decir que no exista competencia entre
ellas), y han formado diferentes bloques económicos : América del norte
dominada por Estados Unidos, la Comunidad Europea, el Bloque Asiático con Japón
a la cabeza y el BRICS (Brasil, Rusia,
India, China, Sudáfrica), que dominan sus respectivos mercados sin tener que
hacerse la guerra unos a otros.
Más bien,
la guerra los imperialistas, se la hacen a los pueblos del mundo, a los que
consideran más débiles y vulnerables, y como muestra tenemos a Irak y
Afganistán; pero la guerra económica y
política es contra todos los pueblos del mundo.
En la
actualidad, la correlación de fuerzas a nivel mundial ha cambiado significativamente,
los Estados Unidos, el gran “garrote” del imperialismo mundial, ha perdido la
hegemonía en forma absoluta, en el plano económico y de influencia política en
el mundo, aunque todavía conserva su gran poderío militar, que aún le sirve
para ejercer presión en el contexto mundial.
Ahora una
nueva nación emerge como el país dominante tanto por su superioridad industrial
como por su enorme volumen comercial: China. Que asociada con otras potencias
emergentes como Rusia, India, Brasil y Sudáfrica, forman un bloque comercial
que tiende ha ser el bloque dominante mundial en el futuro cercano.
México es
un país cuya historia ha sido rica en movimientos revolucionarios del
proletariado, por ejemplo, ha mediados del siglo XX los ferrocarrileros se
enfrentaron contra el capital y su forma de control: el charrismo sindical, les
siguieron médicos, maestros, petroleros, y otros gremios más. Sin dejar de
mencionar el Movimiento Estudiantil Popular de 1968.
La
insurgencia obrera de los 70´, encabezada por la tendencia democrática de los
electricistas (TD), las huelgas obreras de junio julio, y el paro cívico
nacional de octubre, efectuados en 1983; los movimientos autogestivos
efectuados en el DF a consecuencia de
los terremotos de septiembre de 1985, la gran movilización ciudadana nacional
encabezada por el Frente Democrático Nacional en 1988, quien derrotó al PRI, y
no pudo hacer válido su triunfo, por el monumental fraude electoral que
instrumentaron los alquimistas burgueses.
México ha
caído en las garras del neoliberalismo desde finales del siglo pasado (1976),
cuando los niveles salariales de la población trabajadora empezaron ha caer de
manera significativa y con ellos el nivel de vida de los explotados del país.
La ofensiva neoliberal mundial llegó a México con la fuerza de un huracán,
arrasando todo a su paso, sin encontrar una resistencia importante y efectiva
en ese momento.
El
neoliberalismo se impone en un momento de crisis económica del capitalismo en
el país, pero también en los años en que la reacción mundial venía avanzando de
manera constante y contundente.
No
obstante, la resistencia contra el neoliberalismo la inaugura en 1994, la
insurrección zapatista chiapaneca, quien rompió esquemas y dogmas de los neoliberales y de la izquierda
anquilosada; de allí le siguen los múltiples movimientos de trabajadores en
1989 : Coordinadora Nacional de trabajadores de la Educación CNTE, que tira al
charro Jongitud Barrios, el movimiento de los trabajadores electricistas del
SME, iniciado en 1999, construyendo el Frente Nacional de Resistencia Contra la
Privatización de la Industria Eléctrica, La Promotora Nacional Contra el
Neoliberalismo, el Frente Sindical, Campesino, Indígena Social y Popular, el
Dialogo Nacional, La Otra Campaña, El Frente de Unidad y Acción Sindical, El
Movimiento Contra las Reformas Estructurales, que en 2003, impidió que se
generalizara el IVA en alimentos y medicinas, las enormes movilizaciones en el
2006 contra el fraude electoral, la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca
(APPO) movimiento base para construir verdaderos movimientos revolucionarios de
masas, en 2009 y 2010, movimientos obreros como los del SME, Mineros, Mexicana
de Aviación etc.
Más
recientemente surgieron los movimientos contra la imposición de Peña Nieto, #
Yo Soy 132 y la Convención Nacional Contra la Imposición.
Sin
embargo, la ofensiva de la burguesía neoliberal mexicana e internacional, con
la imposición de las llamadas “Reformas Estructurales”, se ha agudizado, y
estas nos han sido impuestas sin mayor problema para los neoliberales.
La
burguesía, su Estado, y los partidos oportunistas de izquierda (PRD), se
pusieron de acuerdo para conformar “El Pacto Por México”, para impulsar “las
reformas estructurales: laboral, fiscal, hacendaria, educativa,
telecomunicaciones, pero sobre todo, la energética.
Hemos
perdido la “madre de todas las batallas” con la imposición de la Reforma
Energética que nos regresa a la época del porfirismo, y nos va ha sumir en la
más absoluta explotación y miseria.
¿Qué papel
hemos jugado los Socialistas y comunistas mexicanos en estos procesos? Pasivo,
marginal, si a caso testimonial; no hemos comprendido las nuevas situaciones
históricas, las nuevas condiciones de la lucha, las propuestas de las masas de
nuevas formas de lucha y nuevas formas de organización; perseveramos en
nuestras vejas formas de pensar, con estrategias y tácticas pertenecientes a
los principios del siglo XX, creyendo que somos la vanguardia del proletariado
cuando este ni nos conoce.
Ningún
movimiento mundial importante de la actualidad, está dirigido por socialistas o
comunistas. Los comunistas y socialistas nos hemos diluido, permanecido al
margen de los movimientos de masas revolucionarios;
estamos desprestigiados, en muchas partes, la gente no quiere oír las palabras
socialista ni comunista, las rechazan como algo extraño a ellos.
Es el
momento histórico de que los socialistas y comunistas retomemos el estudio
profundo y sistemático de la realidad mundial y nacional concreta, que no le rehuyamos
a la discusión teórica, que a la par de la lucha política cotidiana,
reflexionemos sobre la realidad y hagamos elaboraciones.
Pero sobre
todo que dejemos de creernos “el ombligo del mundo,” la vanguardia preestablecida, estamental, que
pretende dirigir la lucha de clases al margen de las masas y sus necesidades.
Para que
el socialismo se realice debe existir en la cabeza de las masas, de otra manera
es imposible, debemos trabajar arduamente para ello.
Debemos en
lo concreto estudiar la situación actual, conocerla a fondo para pertrecharnos
con nuevas teorías revolucionarias...
También
debemos transformar, revolucionar nuestras formas de hacer política. Para ello
debemos aclararnos en primer lugar, a quienes consideramos que son los
principales sujetos revolucionarios dentro del capitalismo neoliberal
globalizado.
Tenemos
que acabar con el caudillismo y el vanguardismo, tenemos que abrir las
discusiones a todo el mundo, poner a debate todos los temas, aún los
considerados “sólo para especialistas”.
Debemos
entender las nuevas tareas, tenemos que construir entre todos un nuevo proceso
revolucionario, un nuevo proyecto que nos de identidad, que nos unifique.
Sólo así
arribaremos en el futuro a un socialismo verdaderamente liberador.
Movimiento Socialismo Nuevo.
Julio
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