miércoles, 4 de mayo de 2016

TESIS PROPUESTAS POR LA FESOCOM AL VI ENCUENTRO INTERNACIONAL DEL PENSAMIENTO CRÍTICO “VOLVER A MARX”


                 


 FEDERACIÓN DE SOCIALISTAS Y COMUNISTAS DE MÉXICO

TESIS PROPUESTAS AL COMITÉ PROMOTOR RUMBO AL VI ENCUENTRO INTERNACIONAL DEL PENSAMIENTO CRÍTICO “VOLVER A MARX”

           
Camaradas:
Reciban de la FEDERACIÓN DE SOCIALISTAS Y COMUNISTAS DE MÉXICO  (FESOCOM), un fraterno y combativo saludo.
            La situación actual y el proceso de construcción de la unidad nacional nos permite mantener y cuidar estos espacios de discusión e identidad con todos los marxistas, revolucionarios y proletarios en el país.
            El presente documento será uno más de los diversos instrumentos que, de manera particular, pero sobre todo colectiva, abonen a la identidad política, ideológica, programática, orgánica, táctica, estratégica y de principios que requerimos urgentemente los comunistas, socialistas y revolucionarios marxistas de México y el mundo.
Con esa consciente intención, lo entregamos tanto a quienes convergemos en el Encuentro Internacional del Pensamiento Crítico “Volver a Marx”, como a quienes en general levantan las banderas del marxismo por la revolución proletaria, el socialismo y el comunismo.
Aquí intentamos exponer algunas identidades que hemos encontrado tanto entre quienes coincidimos en la FESOCO, como los que tratamos de aprender del proceso del Foro de la Izquierda Proletaria, del Movimiento Comunista Mexicano y de los Encuentros de Socialistas, Comunistas y Marxistas.
Así pues, manos a la obra para avanzar mejor en nuestro proceso de identidad y unidad.
Fraternalmente:
¡Proletarios de todos los países, uníos!
Comisión Política Nacional
Federación de Socialistas y Comunistas de México.
25 de abril de 2016


VI ENCUENTRO INTERNACIONAL DEL PENSAMIENTO CRÍTICO “VOLVER A MARX”
LA UNIDAD DE LOS MARXISTAS POR EL SOCIALISMO EN MÉXICO
1  TESIS SOBRE LA SITUACIÓN INTERNACIONAL Y EL SOCIALISMO EN EL MUNDO, EN AMÉRICA LATINA Y MÉXICO. ANÁLISIS DE LOS PROYECTOS ESTABLECIDOS Y LAS PROPUESTAS EMERGENTES EN EL SIGLO XXI.

1.1 EL PULSO DEL SISTEMA CAPITALISTA-IMPERIALISTA ES DÉBIL E IRREGULAR. SE MANTIENE LA TENDENCIA DEL ESTANCAMIENTO DE LA ECONOMÍA MUNDIAL. 
Para 2016, después de la más grave y larga crisis (2007/2008-2013) de superproducción post-bélica, el prolongado proceso de recuperación de la producción es todavía lento y parcial, con continuas recaídas. 
A pesar de que la burguesía ha hecho esfuerzos para la recuperación y el crecimiento económico, haciéndolos recaer sobre las espaldas de la clase obrera y los pueblos, la economía capitalista a nivel mundial se ha desarrollado en  2014-2016 a un ritmo disminuido respeto el período anterior al estallido de la crisis, con tasas de crecimiento bajas y divergentes entre las mayores potencias imperialistas y capitalistas. 
El crecimiento del PIB mundial en el 2014 ha sido prácticamente igual al del 2013 (3.3%), y en la mayoría de los países ha disminuido. En el 2015 las instituciones burguesas preveían un crecimiento similar. Los efectos de la caída de la producción y de la bolsa en China, el mayor país manufacturero del mundo y uno de los más grandes mercados financieros, las caídas de las bolsas de valores y de los precios de las materias primas, echó por tierra estas magras previsiones. 
Si confrontamos el período 2011-2014 con el período 2003-2008, vemos que los 4/5 de la economía mundial ha tenido una media de crecimiento  inferior. 
La producción industrial mundial se estancó en el 2014. En el primer semestre de 2015 se observó una disminución tanto en las potencias imperialista "avanzadas", como en las "emergentes." Incluso el comercio mundial se está reduciendo significativamente.
La economía capitalista, pues, se encuentra en una fase de debilidad y fragilidad, que puede llevar al estancamiento crónico o a una nueva recesión en muchos países. Numerosos factores dejan prever un empeoramiento de la situación económica mundial y la posibilidad de una nueva crisis, cuando aún no han dejado de impactar devastadoramente los efectos de la crisis anterior.  
Aspectos concretos de la actual coyuntura económica.
En 2015 los elementos principales, y algunos nuevos, en la esfera económica han sido los siguientes: 
La marcada desaceleración del crecimiento de los BRICS, particularmente de Brasil, China, Rusia y los otros países capitalistas "emergentes".
El crecimiento promedio de los 18 principales países capitalistas "emergentes" (Argentina, Brasil, Chile, China, Colombia, India, Indonesia, Malasia, México, Perú, Filipinas, Polonia, Rusia, Sudáfrica, Tailandia, Turquía, Ucrania y Venezuela), ha bajado del 4.7% del 2013 al 4.1% del 2014. Excepto en China, la desaceleración es aún más evidente: sólo el 2.3% de promedio, lo que es muy inferior al 6.5% del período 2004-2007. 
En ello han influido los siguientes factores: la debilidad de la demanda mundial, la reducción del consumo de las masas y la baja en el precio del petróleo a causa del exceso de producción en el sector (en el periodo julio 2014-julio 2015 el precio del Brent ha caído de 106 a 53 dólares por barril. En el caso de México ha caído hasta 32 dólares por barril), así como los precios del gas, de los metales, de los fertilizantes y de las mercancías agrícolas. Esto ha determinado graves pérdidas en los países productores de América Latina, de Rusia y los países de la Comunidad de Estados Independientes, del Próximo Oriente y del Norte de África. 
En los últimos dos años, graves crisis financieras han afectado a algunos de estos países: Brasil, Rusia, Turquía, China. En el último año las inversiones financieras en estos países han disminuido claramente y sus monedas se han devaluado, especialmente respecto al dólar (el real brasileño 25%, la lira turca cerca de un 20%, el rublo cerca del 40%).  La crisis financiera de China, que estalló en las bolsas de Shanghái, Shenzen y Hong Kong, es una nueva expresión de la tendencia a la crisis económica mundial que se avecina y será de más graves consecuencias.
En el contexto de la incertidumbre y el desarrollo desigual de las economías de los principales países imperialistas: EE.UU., y GB (en crisis de crecimiento, por un lado), y la Eurozona y el Japón (con desaceleración del crecimiento, por el otro), las economías "avanzadas" crecieron en 2014 sólo un 1.8%, un crecimiento escaso, a pesar de políticas monetarias de estímulo sin precedentes a la producción y el precio barato del petróleo. 
La creciente divergencia en las políticas monetarias aplicadas por los bancos centrales de los principales países imperialistas para detener la caída de la producción y los mercados (por ejemplo, fin del programa QE (Quantitative Easing*) en los EE.UU., inicio del QE en la UE y amplia inyección de liquidez en el mercado chino), se ha traducido en diferentes tasas de interés, y en la consolidación del dólar, con un promedio del 15%-20%, respecto al euro, la libra esterlina, el rublo, la rupia, etc.
La constante debilidad del comercio internacional, se debe a la desaceleración de la actividad económica y a la escasa demanda de los países más ricos. En el período 2012-2014 el comercio ha registrado un promedio de crecimiento inferior al 4%, muy inferior respecto al período anterior a la crisis, en el que el crecimiento prome-dio fue de cerca del 7%. Desde principios de 2015 el volumen del comercio mundial ha seguido disminuyendo.

La tasa de la ganancia capitalista ha mantenido un descenso pronunciado a nivel mundial, ha crecido la productividad del trabajo (aumento del plustrabajo y de la plusvalía, con el uso de nuevas tecnologías), por lo que una nueva sobreproducción de mercancías va llegando a su tope.
El curso económico en los principales países imperialistas y países dependientes capitalistas.
Estados Unidos de América. En el país que ha sido al epicentro de la reciente crisis global se observa un crecimiento oscilante del PIB que al final del 2014 ha sido de cerca del 2.4%, favorecido por el bajo precio de la energía, una baja tasación, etc. Sin embargo, el ritmo de la recuperación es vacilante y las perspectivas no son favorables.  La producción industrial estadounidense ha superado por poco los niveles previos a la crisis, pero no ha continuado su desarrollo ulteriormente. En el segundo trimestre del 2015 se redujo a una tasa anual del 1.4%,  lo que señala un retroceso del ciclo.
El exceso de capacidad productiva es amplio: la tasa promedio de utilización de las instalaciones industriales es
*Expansión Cuantitativa “…es una medida económica o plan de estímulos para dotar al sistema económico de liquidez aumentando la cantidad de dinero en circulación; consiste en compra de títulos de deuda pública… y privada por parte del banco central…” para estimular la economía cuando otras medidas monetarias han sido inefectivas.    Finanzas para todos
cercana  a 78% (en los años 70 del siglo XX, después de las crisis alcanzó el 90%). Éste es un síntoma de la continuación de graves problemas que inevitablemente se manifestarán con una nueva destrucción de capital.  Durante el último año las inversiones interiores se han estancado en el sector energético y se ha producido una caída de las inversiones. El dólar, sobre valorizado, ha deprimido las exportaciones. Los yanquis todavía tienen el déficit mayor del mundo, estimado en el 2014 en 430 mil millones de dólares. 
La situación confirma que el imperialismo norteamericano ya no tiene la fuerza necesaria para incidir en el conjunto de la economía capitalista, pero es capaz con sus políticas financieras y energéticas, con el predominio del dólar y con la potencia militar, de descargar sus dificultades y desequilibrios sobre los otros países, especialmente en los dependientes. 
China. En el gigante capitalista asiático se observa una progresiva disminución del crecimiento económico que en 2014, fue del 7.4% - el peor resultado desde 1990-. En 2015 el crecimiento cae a alrededor del 6.8%. 
China padece desde hace tiempo un elevado exceso de capacidad productiva en todos los sectores (la tasa promedio de utilización de las instalaciones industriales es del 70%). Superproducción, sobreconstrucción y sobreacumulación de capital son tres aspectos interconectados de su economía. 
En los últimos años, cómo resultado de esta situación agravada por la caída de los mercados europeos y americanos, la producción industrial china ha disminuido visiblemente, llegando en  marzo de 2015 al 5.6% (al comienzo de 2010 fue del 18%). 
Al mismo tiempo se ha formado una gigantesca burbuja inmobiliaria y luego una burbuja accionaria. La sobreproducción y la especulación chinas han sido unas de las causas de la decadencia del crecimiento económico a partir del 2012.
El gobierno chino ha tratado de frenar la desaceleración económica y la fuga de capitales con medidas de tipo keynesiano: gigantescas introducciones de liquidez en las instituciones financieras y la devaluación del yuan,  pero sólo lo logró parcialmente.
El bajo crecimiento de China tiene efectos negativos sobre toda Asia y sobre la economía mundial, especialmente en los países "emergentes" a causa de las uniones financieras y el gran volumen de exportaciones que realiza. 
Japón. En el 2014 el PIB del Japón ha disminuido bruscamente, a pesar de la devaluación del yen favorable a las exportaciones (-30% desde septiembre de 2012 a marzo de 2015) y al bajo precio del petróleo. El impulso engendrado por las medidas de estímulo fiscal del 2013 se ha agotado, por lo que el Banco del Japón ha retomado el programa QE. En el 2015 se prevé un crecimiento de cerca del 1%. En Japón ha repercutido en el último período la disminución de velocidad de la economía china. También el consumo se ha restringido.
Unión Europea. La lentitud de los procesos de recuperación económica es particularmente evidente en los países de la UE imperialista, a pesar de la caída del precio del petróleo, de las medidas extraordinarias adoptadas por la Banco Central Europeo y el tipo de cambio favorable del euro. Si consideramos la UE de 15 Estados, el crecimiento en 2014 ha sido sólo del 1.2%.  Incluso Alemania no ha ido más allá del 1.6% en el 2014, con una tendencia a la desaceleración en 2015. Con el export mantiene un fuerte superávit comercial. 
Francia ha cerrado el año con un modesto 0.4%. Italia después tres años de recesión, espera en el 2015 un minúsculo crecimiento. Entre las potencias europeas, sólo el Reino Unido ha alcanzado en 2014 un crecimiento entre el 2.6% y 3.0%.
En la UE las inversiones en capital fijo se han restringido considerablemente como consecuencia de algunos factores: tendencia a la sobreproducción, efectos a largo plazo de la crisis cíclica del 2008-9, incertidumbres políticas y creciente tensión en la Europa Oriental. 
En la UE de 28 estados, la producción industrial todavía está 10 puntos por debajo del nivel anterior a la crisis. 
El nivel de desempleo en la eurozona ha sido muy elevado en 2014, cerca de 11.5%, con máximas en Grecia (26%), y España (24.5%). Características del desempleo en Europa son: el alto porcentaje de jóvenes parados (65-70% en Grecia, 53% en España, 44% en Italia, 35% en Portugal) y la larga duración del período de paro para los trabajadores. 
La inflación en el 2014 ha sido negativa, -0.3%, causando problemas a los países con alta deuda. Entre junio de 2014 y mayo de 2015 el euro se ha depreciado en 18% respecto al dólar.
En este escenario el BCE decidió en marzo de 2015 llevar el programa de adquisición de bonos de Estado y bonos privados (60 mil millones de euros por mes desde marzo 2015 a septiembre 2016), por encima de las  medidas ya tomadas  de ayuda a los bancos. 
Las medidas extraordinarias del BCE no han dado hasta ahora resultados consistentes. Queda la posibilidad de un prolongado estancamiento con baja inflación en la zona.
Añadimos que el proceso de "convergencia" de la UE está en profunda crisis bajo la acción conjunta de la
ley del desarrollo desigual y de la política de supremacía del imperialismo alemán. El caso griego es la demostración palpable de la quiebra de la UE y de la ambición de la potencia alemana de imponer su hegemonía. La realidad confirma que los "Estados Unidos de Europa" en un régimen capitalista son reaccionarios o imposibles. 
Brasil. En 2014 Brasil cayó en la reducción económica (-0.1%). En 2015 la actividad económica ha seguido reduciéndose. Las inversiones extranjeras cayeron notablemente. La economía brasileña ha padecido la baja de los precios de las materias primeras que, junto al aumento del déficit público, impiden una política keynesiana. La inflación está más allá del 8%.  Empero, en general, en el área de América Latina y el Caribe durante el 2014 el crecimiento ha decaído por cuarto año consecutivo, llegando a un 1.3% total. La pendiente de los precios de las materias primeras ha tenido como resultado el aumento de los déficits y las dificultades económicas de los países exportadores. Venezuela ha sido particularmente golpeada por el colapso del precio del petróleo, que ha empeorado su situación, ya de por sí complicada. 
India. El crecimiento en India ha sido del  7.2% en 2014 y se refuerza en 2015, empujando la región del Asia del Sur. Actualmente registra el crecimiento mayor del mundo. El sector predominante es el de los servicios. Pero no será fácil mantener estos ritmos, a causa de obstáculos estructurales interiores (p. ej. la controvertida reforma de la propiedad de la tierra, crucial para los capitalistas) y la caída de las inversiones extranjeras.
Rusia. En Rusia la baja del precio del petróleo, las sanciones económicas, el derrumbamiento de las inversiones, han determinado en 2014 una depresión que persiste en 2015. Eso se acompaña con la devaluación del rublo y a una creciente inflación. En general, la situación en toda la CEI se ha deteriorado sensiblemente, con una contracción anual del 2.6%. 
Los países del BRICS empiezan a operar sus organismos, el Nuevo Banco de Desarrollo y el Fondo de Reservas –instrumentos político-financieros de colonización de naciones-, para competir y desplazar al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial. Sin embargo enfrentan problemas para rescatar firmemente economías en dificultades, por los problemas de liquidez que enfrentan China y Rusia, los principales capitales financieros de estos.
En este momento el bloque del BRICS, frente a sus debilidades, ha perdido cierta capacidad de operación para expandir su influencia en el mundo y más bien está resolviendo internamente cómo salir librados de una inminente crisis económico-financiera, sin renunciar a la “cooptación” o alianza con otras economías para fortalecer su perspectiva.

1.2  NUEVAS TORMENTAS FINANCIERAS SACUDEN AL CAPITALISMO
Aunque no han terminado las consecuencias del terremoto desencadenado en el 2007 en las vísceras del sistema capitalista-imperialista se van desarrollando los elementos de una nueva crisis financiera. Veamos algunos elementos de este proceso, que se ha manifestado particularmente en China en los últimos meses.
En el período 2004-2013 se formó en China una gran burbuja inmobiliaria, que triplicaba los precios de las viviendas. El boom especulativo en este sector fue el resultado de la reducción de la tasa de ganancia en la industria, golpeada por la sobreproducción. El sector inmobiliario ha sido alentado por la política de urbanización y la emisión de grandes cantidades de yuanes decidida por el gobierno, la deuda de los gobiernos locales, así como por las inversiones de los monopolios en este sector altamente rentable, que ha sido durante años un motor económico del crecimiento chino. 
La burbuja inmobiliaria comenzó a desinflarse en el 2011 por la adopción de políticas monetarias restrictivas, impuestos y prohibiciones de ventas de casas. En el 2012 el crecimiento chino empezó a frenarse. El banco central chino intervino sobre el crédito e introdujo liquidez en el sistema. Eso ha contribuido a desarrollar una burbuja en el mercado de acciones, en la que los bancos, los monopolios chinos y extranjeros y los pequeños ahorradores han invertido ampliamente capitales, como sucedáneo del sector productivo e inmobiliario. La nueva burbuja especulativa se infló dramáticamente en poco tiempo.
En junio de 2015 se inició el derrumbe del mercado accionario chino. El gobierno chino ha tratado de frenar la caída con medidas extraordinarias; pero Pekín, que ha liberalizado gran parte de la economía y las finanzas (existe un amplio sistema crediticio paralelo), no puede controlar todos los factores de anarquía en el mercado capitalista y no puede evitar el estallido de nuevas crisis, que cuanto más tarden, más destructivas y contagiosas serán
Hay otros elementos que empujan a la formación de burbujas de capital ficticio en los mercados financieros americanos y europeos. Su origen está en la política monetaria ultra-expansionista seguida por EE.UU. y la UE para rescatar bancos. Se especula con capitales líquidos a bajo tipo de interés, la droga financiera, en los "mercados financieros paralelos", dónde los “buitres de la bolsa” buscan una remuneración más alta. ¿Qué provocará el estallido de esta burbuja?  Podría ser el mercado de bonos, de dimensiones colosales (100 mil de miles de millones de dólares).  
Un factor añadido a la crisis es la erosión de los márgenes de seguridad financiera en los países productores y exportadores de materias primeras. El anunciado crecimiento de las tasas de interés en los EE.UU. puede causar un reflujo de capitales de los mercados "emergentes", amplificando la vulnerabilidad y la inestabilidad de estas economías que se ralentizan. 
Existen, por fin, los problemas de Europa, especialmente de sus países meridionales. El sector bancario en la UE todavía está trastornado y lleno de títulos tóxicos que el BCE está "lavando" con el programa QE. Hay serios problemas en las compañías de seguros y en las así llamadas "clearing houses"* creadas para concentrar los derivados tóxicos. A eso se acompaña el posible "default” de estados fuertemente endeudados como Grecia, Bulgaria, Croacia, Portugal, Italia, cuyas consecuencias son imprevisibles.
Vemos que las “soluciones” de la crisis anterior han echado más leña al fuego. Hay diferentes factores detonadores que también pueden desarrollarse simultáneamente, produciendo un nuevo incendio financiero que tendrá efectos devastadores en el proceso productivo.  

1.3  EMPOBRECIMIENTO DEL PROLETARIADO Y AUMENTO DE LAS DESIGUALDADES SOCIALES.
El modesto crecimiento de las principales economías capitalistas no ha representado alivio alguno para la clase obrera y demás clases trabajadoras. Los sacrificios siguen.
Esta reanimación ha ido acompañada por elevados niveles de paro (en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico hay 40 millones de desempleados), especialmente juvenil, el empeoramiento de las condiciones de trabajo, la disminución de los salarios reales y la ampliación de la discriminación salarial para las mujeres trabajadoras, el aumento de la carga tributaria sobre la masa trabajadora; es decir, el progresivo empobrecimiento de la clase obrera, de los pequeños campesinos y de las masas populares. 
La ocupación crece muy lentamente (especialmente en el sector informal y sin tutelas, en las ocupaciones a tiempos parciales, etc.), y en la mayor parte de los países imperialistas es improbable e insuficiente recobrar las pérdidas registradas después del 2008. La sobreproducción de capital está acompañada por la superpoblación de trabajadores desempleados.
La crisis ha facilitado una posterior concentración y centralización del capital en manos de los monopolios internacionales.
Mientras la pobreza crece en muchos países, incluido en los más “avanzados" (en los EE.UU. es cercana  al 17.6%) golpeando vastas capas de trabajadores, la riqueza social es acaparada, cada vez más, por un estrecho grupo de magnates financieros.
Los datos demuestran que en el período 2008-2014 la cuota de riqueza mundial poseída por el 1% más rico ha crecido del 44 al 48%. Por consiguiente, la cuota de riqueza poseída por el 99% de la población mundial ha bajado del 56 al 52%.
Hay que destacar que la casi totalidad de este 52% la poseen personas que pertenecen al 20% más rico, dejando sólo el 5.5% al restante 80% de la población mundial (5.7 mil millones de personas). 
En los últimos años la riqueza poseída por los 80 individuos más ricos del mundo ha aumentado rápidamente: hoy esos 80 representantes de la oligarquía financiera detentan una riqueza igual a la de la mitad más pobre de la población mundial (3,6 mil millones de personas). 
Las tendencias descritas empeoran la situación de las masas trabajadoras y los pueblos en el decadente sistema capitalista-imperialista, cada vez más caracterizado por la concentración de la riqueza social en pocas manos, la insoportable opresión de unos monopolios sobre el resto de la población, la generalización de la pobreza.
La pobreza y el consumo restringido de las masas constituyen un factor de la crisis del capitalismo. Al mismo tiempo son un poderoso factor para el desarrollo de la lucha de clase del proletariado, que aboliendo el capitalismo eliminará la causa de todas las desigualdades sociales.

1.4   DECADENCIA Y DESCOMPOSICIÓN DEL SISTEMA CAPITALISTA.
En las anteriores crisis post-bélicas, el capitalismo logró restablecerse con sus propias fuerzas en pocos años. 
Después de la gran crisis del 2008 hubo una reanudación no conseguida por las fuerzas internas del capitalismo, sino con la droga de las ayudas estatales. Culminó en el 2010, seguida en el 2011 por una fase de estancamiento y luego de recesión. 
En los principales países imperialistas el aparato productivo ha superado en el 2009 el punto más bajo del ciclo, pero la desigual recuperación económica no se ha transformado en una fase de auge, de prosperidad; esta fase tiende a desaparecer debido al hecho de que la expansión de la producción capitalista se puede encontrar bien pronto en conflicto con los límites del mercado. 
La debilidad de la reanimación observada en el 2014 y la baja observada en los primeros meses del 2015 señalan un problema de superproducción persistente y no solucionado.  El creciente superávit de capacidad productiva, la parcial utilización de las instalaciones industriales que se registra en los países imperialistas y capitalistas, es un hecho que demuestra que el capital tiende a la superproducción crónica. Las barreras de la producción son continuamente infringidas por la especulación financiera para valorizar el capital, pero esto lleva inevitablemente a nuevas y violentas crisis.
La desaceleración económica de los "países emergentes", que han sido los amortiguadores de la crisis en los años pasados, acarrea graves implicaciones para toda la economía capitalista y, en caso de una nueva crisis, no podrán jugar el mismo papel.
China, que ha sido un factor clave para evitar la recesión mundial en los años pasados, se transforma en lo opuesto,  y se convierte en factor de una nueva crisis mundial del capitalismo. 
El análisis nos lleva a concluir que el capitalismo ha superado parcialmente la crisis anterior -cuyo impacto no se ha agotado todavía- preparando las condiciones de una nueva y más destructiva crisis de superproducción relativa, inevitable resultado de la contradicción entre el carácter social de la producción y la apropiación privada capitalista de los resultados de la producción social. 
La próxima crisis tendrá consecuencias más profundas que la anterior ya que no ocurrirá después de un período de prosperidad, sino después de un período de estancamiento y modesta recuperación; además, los balances estatales de muchos países imperialistas y capitalistas no serán capaces de soportar nuevos y más altos niveles de deuda para salvar bancos y monopolios. Es decir, no hay condiciones para una relativa estabilización capitalista. Al contrario, continúa el proceso de crisis y descomposición del capitalismo monopolista, que procede sobre el terreno del empeoramiento de la crisis general del sistema capitalista que se manifiesta a nivel económico, político, ideológico, ambiental, etc., entrando en una nueva etapa destructiva.  La liquidación del asfixiante dominio capitalista es la única solución posible, necesaria y urgente de los problemas de la humanidad. 
A pesar de que la democracia burguesa está cada vez más descompuesta y deslegitimada, donde las elecciones son clara muestra de esa decadencia (los fraudes, los altos costos y sobre todo, la continua anulación de la participación política de los proletarios, acompañada de la aguda represión), no ha impedido la movilización de masas alrededor de estos procesos, como tampoco las posibilidades de seguir utilizándolas para agitar, organizar y movilizar a las masas por la revolución proletaria y el socialismo.

1.5  AGUDIZACIÓN DE LAS CONTRADICCIONES DEL CAPITALISMO, LOS PELIGROS DE GUERRA Y FASCISTIZACIÓN.
El desarrollo desigual del capitalismo en los diferentes países, las crecientes dificultades económicas y políticas, las tentativas de descargar las consecuencias de la crisis sobre los rivales, han llevado a un empeoramiento de las relaciones entre las potencias imperialistas.
No se trata sólo de una competencia económica y financiera más intensa en todos los continentes, de disputas comerciales y políticas por los mercados, materias primas, agua dulce y tierras fértiles, etc., sino de una marcada inestabilidad de las relaciones internacionales, una exacerbación de las tensiones militares, quizá una preparación para un nuevo reparto del mundo, como lo muestran los crecientes presupuestos armamentistas, mediante la fuerza armada.
Las guerras y los conflictos locales en Ucrania, Próximo Oriente, África Septentrional y Central, Afganistán, la tensión creciente en el Mar de China y el Océano Pacífico y en los Balcanes, en Pakistán, en Venezuela, etc., el impulso al rearme de las potencias imperialista, la militarización de las economías y la transformación reaccionaria y fascista de los Estados burgueses, son expresión de las contradicciones internas y externas del capitalismo, de la lucha por la supremacía, que hacen crecer el peligro de una guerra de amplia envergadura. 
En este escenario, el imperialismo estadounidense –que parece perder hegemonía, pero fuerte, como potencia militar, financiera, tecnológica y de las transformaciones energéticas- ha elaborado una estrategia para defender sus intereses y conservar “su orden mundial", sacudido por el crecimiento económico, militar y de influencia de otras potencias imperialistas que quieren sustraerse y/o competir al dominio estadounidense. 
Con ese fin la superpotencia americana trata, por un lado, de reforzar y dirigir un amplio sistema de alianzas con Estados y "sub-Estados" subalternos  y vasallos; de otro lado, impedir a cualquiera otra potencia adquirir un poder igual al suyo, previniendo la formación de alianzas con o entre  potencias imperialistas rivales que puedan desbancar su hegemonía en el mundo capitalista. 
El plan estratégico de los EE.UU., se basa en un vasto programa de medidas de orden militar, económico, energético, político, diplomático, y es acompañado por una hipócrita y criminal campaña ideológica de violencia y exterminio.
Este plan de amplia perspectiva no se focaliza sobre una sola área, tiene todo el mundo como campo de acción, y define un conjunto de prioridades en función de los intereses globales del imperialismo estadounidense: a) el reequilibrio de la fuerza militar en la región del Asia-Océano Pacífico, baricentro económico mundial, para contener el crecimiento de la superpotencia china y las otras potencias emergentes que disputan su supremacía y privilegios en este área crucial; b) el mantenimiento del dominio en Europa mediante la Organización del Tratado del Atlántico Norte, para rodear a Rusia y contener la ascensión del imperialismo alemán, obstaculizando sus relaciones con Rusia y China; c) una fuerte presencia militar en el Golfo Pérsico y el rediseño de las fronteras del Próximo Oriente; d) el mantenimiento de la supremacía militar y tecnológica, modernizando y consolidando los armamentos nucleares y convencionales, reorganizando las fuerzas armadas para combatir en más guerras regionales de larga duración, además de guerras locales en diferentes continentes; e) actividades de contraguerrilla y contrainsurgencia urbana, por sus agencias y en acuerdo con aliados locales; f) parar ataques directos a los EE.UU., actuando unilateralmente y con cada medio, a escala mundial; g) mantener la estabilidad interior, amenazada por las revueltas sociales, previniendo su extensión (en julio se ha desarrollado en los EE.UU. una gran maniobra militar por el control de su territorio, en previsión de revueltas más amplias en Ferguson y Baltimore). 
En nuestros días, con el imperialismo se acrecienta el carácter reaccionario del régimen burgués, que va tomando medidas represivas y de terrorismo, que usa al paramilitarismo-narcotráfico y reagrupa a expresiones abiertamente fascista que actúan legal e ilegalmente, de manera abierta y descarada o en la clandestinidad. Los ejemplos están: el Parlamento Griego, Europeo, Ucrania, México, Colombia, Francia, España, Estados Unidos, Hungría, Alemania, Brasil, Francia, etc.
Las fascistización es un proceso en el que se van aplicando gradualmente medidas de fuerza contra la clase obrera y el pueblo, donde se combina lo civil y lo militar que se imponen mediante la  violencia reaccionaria; todavía bajo una democracia burguesa activa, legitiman las medidas más reaccionarias o retrógradas y criminales.
El área Asia-Océano Pacífico es el corazón de la estrategia hegemónica de los EE.UU.  En los próximos cinco años los EE.UU. tendrán el 60% de su flota naval en el Océano Pacífico. En esta área los EE.UU., aspiran a redefinir en sentido más agresivo la alianza con Japón, Corea del Sur, Australia, Filipinas y Tailandia, rearmando a estos países. También están empeñados en reforzar las relaciones con India, Indonesia, Malasia y Vietnam. Por la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y la Cumbre de Asia Oriental quieren realizar en este continente una alianza estratégica,  antichina y antirrusa. 
En Asia Central, la OTAN está incorporando  a Georgia y  continúa  "profundizando la cooperación" con Kazajistán, Kirguizistán, Tadjikistán, Turkmenistán y Uzbekistán, para contrastar con la Unión Económica Eurasiática, que comprende Rusia, Bielorrusia, Kazajistán, Armenia y Kirguizistán.  
EE.UU. y  la OTAN continúan la guerra en Afganistán, país de importancia geoestratégica. Al mismo tiempo, los EE.UU. amenazan a otros Estados, como la República Popular Democrática de Corea, que pueden comprometer de algún modo sus intereses o representar amenazas locales.
En Europa se observa el paso del imperialismo norteamericano a una política extremadamente agresiva y abiertamente expansionista. La plena integración a la OTAN de los países balcánicos y orientales, la extensión de su área operativa y la triplicación de las tropas de intervención rápida en la Europa Oriental son aspectos claves de la maniobra de cerco contra Rusia.
Mientras aceleran la “modernización" de las armas nucleares estadounidenses en Europa, los yanquis reorganizan su fuerzas en función del apoyo de los nuevos vasallos (Ucrania, Georgia, Moldavia, etc.). 
Ucrania está encuadrada de facto en la red de la OTAN como país clave para sitiar Rusia y destruir sus relaciones con Alemania. En Europa Central y en el Báltico la OTAN ha enviado cazabombarderos que "patrullan" los cielos en los límites del espacio aéreo ruso. En el Mar Negro se agrupan barcos de guerra norteamericanos, canadienses, alemanes, italianos, turcos, búlgaros y rumanos, además de los rusos. Existe la posibilidad de una escalada militar en la región del Donbass (la cuenca del río Donets, o Dombás, es una región histórica, cultural y económica del este de Ucrania. Wikipedia), en cuyo caso la clase obrera y la población están amenazadas por las rivalidades inter imperialistas. 
En otoño se ha llevado a cabo en Italia, España y Portugal, el “Trident Juncture 2015”, el mayor ejercicio militar de la OTAN desde el fin de la “guerra fría”. Objetivo: someter a prueba la “fuerza de respuesta”, sobre todo su
 “fuerza de punta”. Contó con la participación de la UE y la Unión Africana.
Mientras que la OTAN aumenta la presión sobre Rusia, asistimos a la interferencia continua de los EE.UU. sobre sus aliados para "compartir el fardo de los gastos militares", así como para obligar a la UE a firmar el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP), y en Asia el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TTP), en contraposición a "la Nueva Ruta de la Seda" chino-rusa y los gasoductos rusos para el abastecimiento energético de Europa. 
Se observa que los países de la UE dependientes del petróleo y gas de Rusia (por ejemplo Italia), o con fuertes lazos industriales y comerciales (como Alemania), tienen dificultades para seguir la política de guerra y sanciones impuestas por los EE.UU., e invocan una “solución política”. 
El Próximo Oriente, área caracterizada por una fuerte inestabilidad política, no tiene ya la misma importancia anterior para los EE.UU. En lugar de la presencia militar directa, la intervención imperialista yanqui se lleva a cabo organizando golpes y guerras civiles reaccionarias, adiestrando, financiando y armando el fundamentalismo islamista y otras fuerzas contrarrevolucionarias, obscurantistas y reaccionarias que se oponen violentamente al campo de las fuerzas revolucionarias y progresistas, antiimperialistas y demócratas.  La estrategia del "caos constructivo" en Siria, en Iraq y en Libia, llevada a cabo con la colaboración del ejército irregular del Estado Islámico -un subproducto de las intervenciones imperialistas en la región- sirve para golpear los procesos revolucionarios y demócratas e impedir que potencias rivales puedan sacar ventaja del vacío político, ganando posiciones y debilitando la hegemonía norteamericana.
Claramente, tras el pretexto de " lucha contra el terrorismo", está la guerra por el control de los recursos mineros y petrolíferos de las zonas estratégicas, así como las rivalidades entre las potencias imperialistas y sus aliados locales. 
En esta convulsa región los EE.UU. pueden contar con la alianza del sionismo israelí, con Jordania, Egipto, las cuatro monarquías del Golfo Pérsico y Arabia Saudí. Otros evidentes aspecto son: la táctica de equilibrio entre las fuerzas sunitas y chiitas, para controlar a ambas; el acuerdo nuclear con Irán, que permite a Washington dirigir recursos y medios en los conflictos mayores y proporciona petróleo y gas iraní a la UE, disminuyendo la dependencia energética de Rusia.
En América Latina el imperialismo norteamericano trata de mantener su hegemonía amenazada por China y desarrolla su política belicista apoyándose sobre gobiernos lacayos, como el caso de Perú, México, Chile, Colombia. La OTAN ha estipulado en el 2013 un acuerdo ilegal sobre la seguridad con Colombia, ya comprometida en programas militares, como la formación de fuerzas especiales. Este acuerdo es una amenaza de intervención militar en la región y sirve para rodear a Venezuela, ya sometida a un bloqueo económico y a una ofensiva mediática que preceden a la agresión directa.
Esencial para los EE.UU. es la formación de un triángulo de influencia entre Centro América, Colombia y Caribe, para contrarrestar la creciente penetración financiera y comercial de China en el viejo "patio trasero". En este sentido hay que entender la reciente apertura hacia Cuba, sin la renuncia al criminal bloqueo económico y político.
En África, después de haber demolido a Libia y organizado el golpe militar en Egipto, los EE.UU., además de intensificar su presencia militar (por ejemplo en Níger), crear infraestructuras para la guerra y preparar intervenciones militares, están potenciando la asistencia militar y económica a la Unión Africana. Iniciativas como Power África, Trade África y AGOA sirven para aumentar la capacidad de robo de los recursos naturales, la influencia política y para frenar la creciente presencia china en el continente.

Evidentemente las otras potencias imperialistas no se limitan a observar. 
China imperialista sigue aumentando la exportación de capitales en todo el mundo (especialmente en América Latina y en los centros financieros “offshore”), continúa fortaleciéndose militarmente y desempeñando un papel de superpotencia en Asia. Está afirmando su capacidad de actuar unilateralmente, especialmente en el dominio marítimo. Continúa su esfuerzo para contrarrestar la tecnología militar avanzada de los EE.UU. 
En el Mar de China Meridional, donde transitan la mitad de los barcos comerciales en ruta hacia Europa, Próximo Oriente y Asia oriental y hay ricos mantos de petróleo y gas, es evidente el incremento de la presencia militar china. La actitud china es más agresiva no sólo hacia los EE.UU., también hacia Japón, Vietnam (disputa por las islas Paracel y Spratly y sobre las plataformas petrolíferas), Filipinas (disputa por las islas Spratly y de la isla Huangyan), Malaysia y Taiwán. 
Para reivindicar su soberanía sobre el 80% del área marítima meridional, China construye islas artificiales sobre arrecifes coralinos a miles de kilómetros de su costa y apunta a controlar el estrecho estratégico de Malaca, entrando en conflicto directo con los EE.UU. y el Japón. También en el Mar de la China Oriental hay fuertes  roces con el Japón por las islas Senkaku/Diaoyu. 
Para afirmar sus intereses en el área -como contrapeso de la supremacía naval norteamericana- China ha aprobado un programa para construir una flota potente y moderna de más de 300 barcos de guerra, con sistemas anti-misil. 
La tensión y la presencia militar en el este de Asia y en todo el Mar de la China va en rápido aumento, así como el nacionalismo en los países de la región: eso es indicativo de la tendencia a la confrontación imperialista. 
El imperialismo ruso ha modificado su doctrina militar y se muestra más dispuesto a la intervención directa para defender sus intereses y sus fronteras. Además de modernizar su arsenal estratégico, está potenciando las fuerzas especiales de intervención rápida, operaciones en el área de la ex Unión Soviética para crear "situaciones de facto" sobre el terreno. 
Aunque debilitado económicamente, trata de recobrar su papel de gran potencia imperialista y refuerza
los lazos con China a través de múltiples instituciones económicas y militares. 
En la Conferencia de Moscú del pasado mes de abril sobre la seguridad internacional, Rusia, China e Irán llevaron a cabo coloquios a nivel militar para mejorar su cooperación y contrarrestar la expansión de la OTAN. 
El imperialismo alemán afirma cada vez más su papel de gran potencia a la búsqueda de su "espacio vital", no sólo a nivel económico (por ejemplo los diktat a Grecia), sino también político y militar. Tiene programado un aumento consistente del gasto militar (adquisiciones de tanques, armas y equipos) y apunta a reforzar su industria bélica para hacerse independiente de los EE.UU.
El imperialismo francés defiende infatigablemente sus áreas de influencia en África, activando todas su palancas: aumento de los gastos y bases militares, envío de misiones militares a los países de la "Francáfrica" (Malí, Centroáfrica, Chad, Níger, Costa de Marfil, etc.), presiones económicas, injerencias políticas y diplomáticas, vigilancia de las fuerzas revolucionarias: una política abiertamente neocolonial. 
El Japón imperialista ha "interpretado" su Constitución para dar mayor espacio a la flota militar y ha aprobado una ley que permitirá que sus fuerzas armadas participen en operaciones en el exterior. Al mismo tiempo aumenta los gastos militares al 2% (en el 2015 ha alcanzado el récord después de la II Guerra Mundial), dotándose de aviones de nueva generación, incluidos los F-35 americanos, drones y barcos muy avanzados: el imperialismo del “Sol Naciente” se transforma así en el "vigilante” de China. 

La exacerbación de las rivalidades inter-imperialistas y la competencia entre los monopolios determinan una reorganización y consolidación de los bloques económicos y militares. Hoy, excepto la OTAN, no hay bloques estables. La situación es fluida, las alianzas pueden cambiar rápidamente. Hay numerosos grupos de contradicciones, líneas de fractura entre las potencias imperialistas y capitalistas, entre los campos reaccionarios, que se asocian y se separan. 
La tendencia general es al empeoramiento de la situación política, el rearme y la militarización, la intensificación del nacionalismo y del chauvinismo. Se acentúan las intervenciones imperialistas -no solamente militares, sino también económicas y políticas- la interferencia y brutal presión sobre los pueblos oprimidos y los países económicamente débiles, lo que mantiene la inevitabilidad de las guerras entre los países imperialistas y capitalistas, y por lo tanto, la necesidad de derrocar a la burguesía. 
Pese a la condiciones del sistema capitalista-imperialista, de decadencia y crisis general, como de ascenso de la  lucha de las masas, aún no se marca un punto de ruptura de la cadena por el eslabón más débil y que jalone al conjunto; sin embargo este puede aparecer, y lo necesario es que sea por la parte más consciente de la lucha de clases.

1.6  LA INCESANTE OLEADA MIGRATORIA. 
Como resultado de la expoliación económica y desestabilización política de los países, de las guerras de robo y de los regímenes reaccionarios, del hambre e insoportables condiciones de vida, de la negación de cualquier perspectiva favorable para las jóvenes generaciones, continúa y se amplifica la oleada migratoria de los países dependientes de Asia, de África, de América Latina y del Caribe. 
Grandes masas de hombres, de mujeres, de jóvenes, que huyen de la miseria, de la guerra y la opresión política tratan de llegar a los países capitalistas más ricos y desarrollados, a menudo perdiendo la vida en las travesías del mar, del desierto y otras vías. En el primer semestre de 2015 dos mil migrantes murieron ahogados en el Mediterráneo mientras intentaban llegar a las costas europeas.
Los países imperialistas -que tienen la responsabilidad histórica y principal de esta situación- erigen muros cada vez más altos para impedir la entrada de los migrantes, entre los cuales hay muchos refugiados políticos.
Los migrantes, cuando logran alcanzar su meta, a menudo son sometidos a la explotación más dura, discriminación, privación de derechos y seguridad social, condiciones de vida bestiales. Son perseguidos por la policía y atacados por grupos racistas, fascistas y populistas que alimentan la hostilidad con el pretexto de la "invasión" de los migrantes. 
Los capitalistas aprovechan esta situación para dividir y contraponer los trabajadores nativos a los migrantes, a fin de empeorar las condiciones de ambos. 
Los gobiernos burgueses utilizan a los migrantes como válvula de desahogo de las tensiones sociales provocadas por la crisis, activando políticas cada vez más reaccionarias, mirando a  "prevenir la inmigración" y criminalizan a todos aquellos que son solidarios con los migrantes.  Junto a la oleada migratoria procedente de los países dependientes y subdesarrollados, se amplifica también el fenómeno de la emigración de los jóvenes golpeados por el impacto de la debilidad económica en los países avanzados. Inmigración y emigración son inseparables del capitalismo como el desempleo, la pobreza y las guerras. 

1.7  EL AGRAVAMIENTO DE LA SITUACIÓN POLÍTICA EN LOS PAÍSES IMPERIALISTASS Y CAPITALISTAS Y LA OFENSIVA CONTRA LA CLASE OBRERA.
La crisis capitalista y las persistentes dificultades económicas han producido un empeoramiento de la situación política en los países imperialistas y capitalistas, en la destrucción de la soberanía y la independencia nacional de los países dependientes.
Mientras crece el descontento y la desconfianza hacia las corruptas clases dominantes y el parlamentarismo burgués, asistimos en muchos países a un proceso de transformación reaccionaria del poder estatal, que tiende a la dictadura abierta de la burguesía.
El empeoramiento de la situación económica y política empuja a la burguesía -en crisis de hegemonía, consentimiento y liderazgo- a acentuar los métodos autoritarios y prepotentes de sus gobiernos, a liquidar los derechos y las libertades de los trabajadores, como la libertad de huelga, de organización, de expresión, de manifestación, etc., a reprimir las luchas obreras y populares, para debilitar la organización y la resistencia de la masas y hacer ilegales sus luchas.
Al mismo tiempo, las clases dominantes se esfuerzan por restringir las prerrogativas de los parlamentos, por modificar en sentido reaccionario las constituciones demócrata-burguesas, por cancelar los espacios políticos y sindicales utilizados por el movimiento obrero y popular revolucionario. 
En los países donde la burguesía ya no puede gobernar con sus viejos métodos y partidos, se sirve de movimientos populistas y nuevos partidos socialdemócratas, así como de los fascistas, para desviar el descontento de las masas y conservar su dominio de clase. 
La política de guerra y el intervencionismo militar se traducen en los países en un aumento de las medidas de “seguridad” y represivas, en un clima de intensa propaganda demagógica y xenófoba que envenena la opinión pública. 
Continúa la ofensiva anticomunista que se expresa en brutales ataques y denigraciones, y se fortalece especialmente en los países bálticos y en Ucrania, con la prohibición de la actividad política, de los símbolos comunistas y la obscena equiparación comunismo-fascismo.
El ataque capitalista contra la clase obrera se efectúa en múltiples frentes sobre la base de las directivas establecidas por la oligarquía financiera para obtener la máxima ganancia.  Consiste en la liquidación de todas las conquistas y los derechos políticos, sociales y sindicales conseguidos por la clase obrera en décadas de lucha, mediante las así llamadas "reformas estructurales" del mercado de la fuerza de trabajo que permiten mayor flexibilidad, precariedad, más estrecho control sobre la producción y la "desregulación" total para eliminar las barreras erigidas contra la explotación capitalista. 
Continúa el ataque a los salarios, que son diferenciados para favorecer a la aristocracia obrera y perjudicar a la masa obrera. Las pensiones y la seguridad social de los trabajadores se reducen y la edad de jubilación se aumenta. En muchos países, los capitalistas y sus gobiernos están tratando de ampliar la jornada laboral (que en los hechos ya se impone), de extender el trabajo nocturno y a los días festivos. Se asiste a la extensión del sector informal, sin derechos para los trabajadores. Las mujeres, los jóvenes, los trabajadores migrantes, son los blancos favoritos de la discriminación y súper- explotación, con el intento de romper la resistencia unitaria de la clase obrera. 
En los países obligados a devaluar su moneda, los trabajadores son obligados a pagar el desastre económico. 
En muchos países están rebajándose los contratos colectivos de trabajo (nacionales y de grupo), tal como los sindicados obreros que resisten a la ofensiva. Los capitalistas y sus gobiernos incrementan sus esfuerzos para dividir a los trabajadores, enfrentar jóvenes y ancianos, regulares e irregulares, nativos y extranjeros. En cuanto a los métodos, las amenazas, el chantaje, las mentiras y el asesinato se han convertido en los temas preferidos de la burguesía.
El elevado nivel de endeudamiento de los Estados -debido al rescate financiero de bancos y empresas- y las consiguientes políticas de "austeridad", determinan ulteriores cortes a los gastos sociales, sanitarios, educativos, a las jubilaciones y los transportes públicos, además del incremento de los impuestos directos e indirectos que cargan sobre las masas trabajadoras. 
Como resultado de la criminal ofensiva del capitalismo y sus gobiernos se agudiza la lucha de clases. 

1.8  LA PROFUNDA CRISIS DE LA SOCIALDEMOCRACIA. 
La exigencia de la burguesía de encontrar un escape a la crisis, descargando despiadadamente sobre las espaldas de la clase obrera sus consecuencias, pero manteniendo la paz social; la necesidad de prepararse para las guerras imperialistas sin alarmar a los explotados, de perseguir fines reaccionarios bajo la máscara de "reformas" y “democracia", han creado las bases de una abierta colaboración entre la oligarquía financiera y los partidos socialdemócratas, auténticos puntales sociales de la dictadura burguesa. 
Donde estos partidos contrarrevolucionarios dirigen los gobiernos, por lo general participan de modo activo en las medidas que la burguesía adopta contra la clase obrera y las masas populares. Los jefes de estos partidos están completamente integrados en el sistema de la oligarquía financiera, y asumen un papel directo en la consolidación del dominio burgués y en la represión del movimiento obrero. 
Donde no dirigen el gobierno, los jefes socialdemócratas recurren a métodos más sofisticados, frenan la lucha y las aspiraciones del proletariado y los pueblos, debilitan la vigilancia de las masas contra la reacción política, esconden a las masas el carácter de clase del fascismo y se esfuerzan por "proteger" a la clase obrera de la influencia del comunismo y de la revolución proletaria. 
En particular, debemos subrayar la función del ala izquierda de la socialdemocracia que retarda el proceso de desintegración del reformismo y esparce la peligrosa ilusión de que las instituciones imperialistas pueden ser reformadas, hacerse democráticas y "sociales". Un camino que sólo conduce a nuevas y aplastantes derrotas.

1.9  SOBRE LOS “GOBIERNOS PROGRESISTAS”.
En América Latina aparece la crisis de los así llamados "gobiernos progresistas", que representan fundamentalmente los intereses de la clase media ascendente. La derrota electoral de Evo Morales, la creciente protesta popular contra la política autoritaria y prepotente de Correa, muestran el decaimiento de una propuesta política -la "revolución ciudadana"- que no ha cambiado la naturaleza capitalista de estos países, no ha eliminado la dependencia del imperialismo y no ha sido capaz de dar respuestas a las múltiples reivindicaciones y expectativas de los trabajadores y los pueblos. 
Estos gobiernos se han desplazado gradualmente a la derecha y han asumido posiciones neoliberales y represivas bajo la presión del imperialismo y sus instituciones supranacionales, de los capitalistas, de la cúpula de la iglesia católica. La caída del precio de las materias primas abre un escenario de crisis y amplía la base de la protesta social.  En el viejo continente la falsa consigna de "otra Europa es posible" se rompe bajo las imposiciones de la Troika, mostrando a las masas trabajadoras y los pueblos que el imperialismo no puede ser reformado, hay que derribarlo. Lo que confirma que Syriza, Podemos, los Ocupa, los Indignados etc., sin restarles sus importancia, no pueden sustituir al sujeto revolucionario, la clase obrera, y seguir engañando a las masas de que conciliando con el capital se transforma a  éste.
El afán de reorganización de las fuerzas socialdemócratas, “progresistas”, “socialistas” alrededor de programas de tipo keynesiano es una maniobra de sectores súper oportunistas que tratan de asumir la dirección de los procesos de lucha para desviar e ilusionar a las masas, debilitar las acciones revolucionarias, aplicar medidas útiles a la burguesía en la situación de crisis aguda para ganar tiempo y recobrar el terreno perdido. 
Estas políticas engendran expectativas entre los trabajadores y en la pequeña burguesía, pero también pueden desinflarse rápidamente, mostrando su inconsistencia y falta de perspectivas reales, debido al agotamiento de las condiciones económicas y políticas (por ejemplo, la liquidación del Welfare State, “Estado Benefactor”), que en el pasado actuaron a favor de los socialdemócratas al crear la ilusión de ruptura con el sistema imperialista-capitalista. 
La descomposición de las fuerzas políticas oligárquicas y burguesas, y de la socialdemocracia y de las nuevas fuerzas “socialistas”,  permite a los partidarios de la revolución proletaria, del socialismo y el comunismo extender su influencia revolucionaria sobre las masas de los trabajadores, incluidos los trabajadores que por ahora constituyen la base social de estas fuerzas. Para ampliar los contactos y conquistar a estos trabajadores es indispensable llamar a la unidad de acción contra la ofensiva capitalista, la reacción política, el fascismo y los peligros de la guerra; al mismo tiempo es necesario formar organismos de frente único para una amplia movilización de masas contra el enemigo común, el capital, a pesar de la hostilidad de los dirigentes que militan en estas fuerzas. 

1.10  LA RESPUESTA DEL PROLETARIADO Y LAS MASAS POPULARES: FRENTE ÚNICO Y ELEVACIÓN DE LAS FORMAS DE LUCHA Y ORGANIZACIÓN.  
Los imperialistas, los capitalistas y sus instituciones intensifican la agresión a las condiciones de trabajo y vida de la clase obrera y de los pueblos, pero la resistencia contra las políticas reaccionarias y antiobreras, los recortes a los gastos sociales, etc., los hace desarrollarse y ser más organizados. 
Con las movilizaciones y las huelgas en la fábrica, con la lucha callejera, con el voto o su repudio, la clase obrera, los desempleados y los pueblos enfrentan las políticas de la burguesía imperialista y de sus aliados reaccionarios, rechazan el neoliberalismo, la austeridad y las masacres sociales, deslegitiman las corrompidas instituciones burguesas. Combatiendo, recuperan la confianza en su enorme fuerza. 
La clase obrera ha regresado poderosamente al campo de batalla en Turquía, Polonia, Sudáfrica, Nigeria, Bolivia, Bangladesh, Corea del Sur, Birmania, Camboya, China, India, etc. con reivindicaciones salariales para poner un dique a la explotación, por mejores condiciones de trabajo, contra los despidos masivos. En algunos casos los obreros han ocupado las fábricas y sometido a debate el orden capitalista a su interior. Los obreros también luchan contra las élites de los sindicatos colaboracionistas, exigiendo su expulsión y eligiendo a sus delegados. 
En América Latina y en el Caribe están en auge las luchas de los trabajadores y los pueblos, como en Ecuador,

Perú, Bolivia, Uruguay, Colombia, Panamá. En México crece la ira y resistencia popular por los desaparecidos y los asesinados por el Estado, contra las "reformas estructurales" del gobierno. En Honduras el pueblo reivindica el castigo de los corruptos. En Brasil, Chile y Argentina continúan la protesta social y las huelgas contundentes. 
En muchos países africanos -especialmente en África occidental- los pueblos y la juventud se levantan por sus necesidades vitales, por la libertad y los derechos democráticos y sindicales, en contra de las guerras civiles reaccionarias y los dictadores corruptos, agentes de las potencias imperialistas que persiguen una política de recolonización económica y política del continente. 
Mientras que en el Oriente Próximo sigue la lucha heroica de los pueblos palestino y kurdo por su autodeterminación. Es de destacar la respuesta popular al terrorismo y la criminalización de la lucha en Túnez, para la defensa de los derechos alcanzados y el logro de las metas revolucionarias.
En Europa hemos visto importantes luchas obreras en Polonia, Bélgica, Italia y otros países contra los despidos. Los trabajadores de los transportes y las comunicaciones se han movilizado en Inglaterra, Francia, Alemania, España y en otros países. En Italia los maestros han realizado una huelga masiva contra la privatización de las escuelas públicas.  El rechazo de las políticas de austeridad ha visto nuevas significativas expresiones en Grecia, donde los trabajadores han rechazado el chantaje de la Troika (UE-BCE-FMI) imperialista, han castigado a los partidos neoliberales y después disputado la subordinación del gobierno socialdemócrata hacia estas instituciones irreformables que impusieron un nuevo cruel "memorándum". 
En los EE.UU., se han desarrolladas las luchas de los trabajadores de la industria petrolífera, el movimiento de los obreros "low-wage", y la gran protesta de la comunidad negra contra el terror policial y el racismo en el poder judicial. En Canadá, los estudiantes salieron masivamente a las calles contra el gobierno. 
La ascensión de la lucha de clases procede por oleadas: las anteriores permiten el desarrollo de las siguientes a nuevos niveles de combatividad, unidad y fuerza. 
El carácter de las actuales luchas de clases es, todavía, defensivo. En los grandes y pequeños días de lucha los trabajadores, los jóvenes, las mujeres, los pueblos oprimidos expresan su protesta, refuerzan el papel de sus organizaciones, pero en la mayoría de los casos no han logrado impedir la aplicación de las medidas neoliberales y antipopulares de los gobiernos. Sin embargo, la lucha misma crea entre las masas un odio implacable contra los capitalistas y el poder estatal, sentando las bases para  un salto cualitativo.
Estas luchas demuestran una renovación del movimiento obrero y sindical, de sus reivindicaciones. Las huelgas atraen cada vez nuevos grupos de obreros y otros trabajadores explotados que juegan un papel clave en la vida económica. El nivel de la movilización y el número de los descontentos crece, especialmente entre los jóvenes. 
Vemos un desplazamiento hacia la izquierda de los sectores combativos del movimiento obrero. La lucha por las exigencias económicas y políticas inmediatas adquiere rápidamente un carácter político. En la misma lucha se plantea el objetivo de reorganizar el movimiento obrero y sindical sobre una combativa base de clase. 
La clase obrera y los pueblos está recobrando posiciones ideológicas y políticas, aumenta su nivel de organización y fuerza, aunque de modo desigual y gradualmente. Maduran las premisas de un nuevo avance revolucionario, gracias al aumento de la combatividad y participación de las masas en la vida política y social.
 Se puede pronosticar una acentuación de los conflictos de clase como centro de las contradicciones mundiales,
donde la economía se desacelera y el costo de la vida aumenta.
El problema de fondo es: ¿qué fuerzas dirigen las protestas, las luchas, las revueltas? ¿Qué clase tiene que ejercer la hegemonía aprovechando cada ocasión para asestar un golpe al imperialismo y aumentar su influencia política sobre los otros elementos de la población? Hoy las principales luchas populares carecen de una consistente dirección proletaria, y de perspectivas revolucionarias. Eso aumenta la importancia del "factor subjetivo", es decir del nivel de conciencia, de combatividad y de organización de la clase obrera, las amplias masas populares y los pueblos del mundo.
En estas escaramuzas, en estos combates, las formas de lucha y organización van elevándose de manera consistente. De la convergencia de lucha de clases se abre paso la necesidad del frente único del trabajo,  de las amplias masas populares y  de los pueblos contra el capital.
1.11  TAREAS Y RESPONSABILIDADES DE LOS SOCIALISTAS, COMUNISTAS Y MARXISTAS.
Estamos en un período histórico caracterizado por la contradicción entre la madurez de las condiciones objetivas para dar un paso hacia la nueva sociedad basada sobre la propiedad común de los medios de producción, y el atraso del factor subjetivo determinado por la derrota transitoria, pero con profundas consecuencias, de las primeras experiencias del socialismo. 
El movimiento revolucionario del proletariado es hoy todavía débil y fragmentado, pero se reactiva. Recae sobre nuestros hombros la etapa en la cual, como consecuencia de la ofensiva imperialista y anticomunista, la conciencia de la clase obrera y de las masas populares ha sido duramente golpeada y manifiesta una pérdida de la perspectiva revolucionaria.
La ofensiva del capitalismo y las repercusiones sociales de su última crisis han sido de tal envergadura que ahora las masas explotadas y oprimidas ven con más claridad el verdadero rostro de este sistema obsoleto y por lo tanto manifiestan más y más la exigencia de radicales cambios políticos y sociales. Las ideas comunistas y revolucionarias se han difundido después de la crisis de 2007-2013 y constituyen un importante piso de su proyección.
Existen potentes factores favorables al desarrollo de la lucha revolucionaria: la continua  expansión del proletariado a nivel mundial (hoy hay aproximadamente 1,6 mil millones de trabajadores asalariados, de los cuales cerca  de la mitad son obreros industriales); el rápido crecimiento de la joven generación más amplia de la historia; el desarrollo y propagación de los medios de comunicación que ponen en contacto a los trabajadores y su luchas; el aumento de las desigualdades sociales y la concentración de masas inmensas de explotados y oprimidos en las metrópolis, donde ya reside más que del 50% de la población mundial y que serán los lugares cruciales dónde se desarrollará el conflicto de clase en las próximas décadas. 
Hace falta añadir que vastas capas de la pequeña burguesía, víctimas de las políticas criminales de la oligarquía financiera, atraviesan una seria crisis y ya no constituyen una base segura de apoyo para la burguesía. La disgregación política de las clases sociales medias ofrece mayor posibilidad de éxito a la lucha del proletariado que debe dirigir a la gran masa de los explotados y oprimidos, definiendo a esas capas inestables y oscilantes. El terreno vuelve a ser fértil para los revolucionarios, marxistas, socialistas y comunistas. Del desastre de todas las opciones políticas burguesas y reformistas emerge de nuevo la única alternativa segura: la revolución proletaria, la dictadura del proletariado, el socialismo y el comunismo.
En la situación actual pueden preverse rápidos cambios: el ritmo de los acontecimientos revolucionarios puede
acelerase, se pueden crear condiciones en las que será posible avanzar a pasos acelerados, a saltos.
El momento  exige capacidad de comprensión de la situación concreta, de previsión y adaptación; solicita firmeza y estabilidad ideológica para adoptar tácticas ágiles y flexibles, subordinadas a la estrategia revolucionaria. 
En este escenario la tarea de las fuerzas proletarias revolucionarias es aumentar su influencia política, conquistar y mantener los más estrechos lazos con la masa proletaria y las amplias masas populares, recogiendo sus necesidades y aspiraciones, implicar en la lucha a los sectores decisivos para atraerlos a nuestro campo y avanzar en el proceso de acumulación de fuerzas revolucionarias.
Las convulsiones del sistema capitalista-imperialista, la ofensiva reaccionaria de la burguesía, los peligros de guerra, hacen de vital y urgente importancia el desarrollo de la lucha de clases, de su organización, de elevar el nivel de combatividad de las masas. Debemos aprovechar las situaciones objetivas, definir líneas de acción política adecuadas, hacer un esfuerzo para tomar la dirección de los proceso de lucha, para multiplicar nuestros contactos con las masas, manteniendo la vista en la lucha por la toma del poder político.
Por lo tanto, corresponde a los marxistas revolucionarios apoyar y movilizar cotidianamente a la clase obrera y a los otros trabajadores en defensa de sus intereses y aspiraciones económicas y políticas, llevando la luz del socialismo científico al movimiento obrero y popular; proponer y realizar en varias formas el frente único de clase para empujar a la lucha a las amplias masas de obreros y desempleados; trabajar en los organismos de masas existentes y crear otros nuevos, para organizar acciones comunes contra los capitalistas, los ricos y sus gobiernos, creando las condiciones para una amplia contraofensiva de los explotados y oprimidos.
De esta forma lograremos penetrar más profundamente entre las masas, para conseguir un estrecho enlace y conquistar políticamente las capas decisivas del proletariado. Por consiguiente lograremos movilizar a los aliados del proletariado: las amplias masas trabajadoras que sufren el yugo del capital, los campesinos pobres y medios, la pequeña burguesía urbana, los jóvenes parados, las mujeres de las capas populares, los pueblos y las naciones oprimidas.
Corresponde a los comunistas, socialistas, marxistas, revolucionarios luchar contra la dictadura burguesa en todas sus formas; tomar en nuestras manos la bandera de las libertades y los derechos de la clase obrera y de las masas populares amenazadas por la burguesía; afirmar la soberanía popular y la independencia de los países subyugados por el imperialismo; desarrollar las luchas contra las fuerzas reaccionarias y fascistas, contra la xenofobia y el fascismo, contra la represión antipopular y la política anti demócrata de la burguesía, impulsando amplios frentes populares, que debe conectarse a escala internacional en un frente revolucionario de la lucha de la clase obrera y los pueblos oprimidos contra el común enemigo, el imperialismo.
Nos corresponde, pues, tomar la iniciativa de la lucha contra la guerra imperialista, sobre la base de plataformas antiimperialistas y revolucionarias que recojan todas las fuerzas populares, democráticas y patrióticas; ponernos a la cabeza de la lucha contra las intervenciones imperialistas, contra los fomentadores de guerras y la carrera armamentista, por el desmantelamiento de las bases militares imperialista y la salida de las alianzas belicistas, para obstaculizar la máquina bélica con acciones de masas, por la transformación de las guerras reaccionarias en guerras civiles revolucionarias, así como el apoyo a las luchas de liberación nacional y social que sacudan al imperialismo. 
Nos corresponde también intensificar la más decidida batalla ideológica y política contra las corrientes nacionalistas, populistas, chauvinista y fascistas, y contra aquellas corrientes reformistas y socialdemócratas que
duermen y dividen a las masas para perpetuar la esclavitud asalariada. 
Es nuestra tarea indicar la salida revolucionaria de la crisis general del bárbaro e inhumano sistema capitalista-imperialista. 
Para cumplir con estas tareas y responsabilidad, para avanzar de una manera consistente en la organización de los procesos revolucionarios en los diferentes países, es necesario contar con una correcta línea política e ideológica del internacionalismo proletario. 
Sin una línea político-ideológica definida, los marxistas revolucionarios navegaremos sin brújula en el mar de distintos contingentes y fuerzas que se mueven en la arena mundial bajo sus criterios e intereses de clase específicos. Será imposible que podamos contribuir a superar las debilidades de los movimientos en lucha y transformarlos en movimientos de masas revolucionarios, será imposible dirigir de forma independiente la lucha de clase del proletariado, avanzar y garantizar el triunfo de la revolución proletaria, la construcción del socialismo y el comunismo.
Por lo tanto, es nuestra impostergable tarea agrupar a lo más avanzado del proletariado, las genuinas fuerzas revolucionarias, bajo las banderas del marxismo, el socialismo, el comunismo y el internacionalismo proletario, reforzar y renovar las fuerzas existentes. Avanzar, pues, hacia la construcción de una nueva Internacional de los Trabajadores por la revolución proletaria.
Tareas prácticas y concretas que podríamos asumir en esa dirección son, por ejemplo, construir una Ruta general de Trabajo hacia la celebración y conmemoración del Centenario de la Gran Revolución Bolchevique (noviembre de 2017) y la celebración y conmemoración del Centenario de la III Internacional o Internacional Comunista (marzo de 2019).


2  TESIS SOBRE LA SITUACIÓN NACIONAL Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA LÍNEA ESTRATÉGICA Y TÁCTICA CONTRA EL NEOLIBERALISMO Y EL NEOFASCISMO EN MÉXICO

2.1  LA SITUACIÓN NACIONAL
En México predomina una economía de mercado en donde las relaciones de producción capitalista se han generalizado; es un país capitalista subsumido a los Estados Unidos de América con una política económica dependiente y subdesarrollada que no ha logrado crear un ciclo económico propio.
En nuestro país, desde hace 34 años se ha venido aplicando un patrón de acumulación capitalista denominado neoliberal (NL). Entre sus atributos se cuentan: fuera manos del Estado de la economía, privatización de los activos nacionales, apertura comercial indiscriminada, desregulación de los mercados, disminución del gasto público, liberalización financiera, liberalización a la inversión extranjera, disciplina fiscal, tipos de cambio unificados y competitivos, reforma tributaria, reforma política, flexibilidad del mercado laboral, entre otros.
La economía de mercado llamada neoliberal fue impuesta a nuestra nación por el Imperialismo norteamericano. Su aplicación se inició en el marco de la desregulación global convocada antes de la revelación del Consenso de Washington y confirmadas en las Cartas de Intención y en los préstamos del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, así como en los tratados internacionales de libre comercio, medios que condicionaron la reducción del papel del Estado mexicano en la economía nacional, exigiendo su adelgazamiento y que dejara de producir, con el propósito de apropiarse de nuestro mercado interno, motivo por el cual también exigieron la destrucción de nuestra planta productiva nacional, la cual fue vendida a precios de remate al capital privado nacional e internacional. Igual suerte corrió la banca la cual se extranjerizó al ser rematada por el Estado mexicano.
El Neoliberalismo en nuestro país tiene como objetivo fundamental darle todas las facilidades al capital bancario-financiero internacional para acumular y tiene como ejes:
a) mantener una tasa de inflación “0” o cercana a “0”;
b) mantener un tipo de cambio fijo para lograr una estabilidad macroeconómica en el país. La parte oficial en su discurso nos planteó que la aportación central del nuevo Estado mexicano sería lograr la estabilidad macroeconómica, la cual generaría un clima de confianza y certeza que dinamizaría la economía con inversión, con crecimiento económico y bienestar para la sociedad mexicana, con la generación de empleos de calidad, con buenos salarios.
c) otro rasgo esencial del NL, y motor de la economía, es la apertura comercial hacia el exterior: producir para surtir el mercado externo vía iniciativa privada. En efecto, las exportaciones han tenido un crecimiento impresionante, pero casi a la par, han crecido las importaciones.

"En tanto la apertura comercial se produjo de manera acelerada, en años y no en décadas -y en el contexto de pasividad estatal- era lógico esperar un impacto desindustrializador al forzar el cierre de empresas no competitivas en diversas ramas de la industria. Evidentemente, la magnitud del proceso desindustrializador en cada país dependerá de un conjunto de factores, entre ellos la estructura previa de la industria, su grado de especialización y competitividad en el mercado externo y el tamaño de su mercado interno, para mencionar sólo algunos de los factores más importantes”.[1]   
Los activos nacionales se privatizaron al venderse, al fusionarse o al transferirse a la IP nacional y/o internacional,  dándose una transferencia de valor al sector privado tanto nacional como extranjero.
El mercado interno fue desplazado por el mercado externo. Hoy se produce para exportar no para surtir el mercado interno con mercancías de calidad y baratas. Para lograrlo el gobierno recortó los salarios, lo cual reduce el nivel de compras hacia el mercado interno, y redujo el gasto público que realizaba.

“En resumen: la aplicación de estas políticas de cambio estructural y de apertura externa han originado creciente déficit externo, cierre de empresas, destrucción de la capacidad productiva y mayor desempleo, que se tradujo en un deterioro de los niveles de vida de la población y mayor vulnerabilidad externa”.[2]

La economía mexicana siempre ha estado, más que ligada, supeditada a los movimientos de la economía norteamericana, y con el TLCAN dicha dependencia se ha acentuado. La economía norteamericana es uno de los principales motores de la economía mundial, pero pocas economías en el planeta son tan dependientes de ellos como lo es la nuestra.
“El TLCAN y demás tratados de libre comercio no son sino la coronación y formalización jurídica del  modelo neoliberal”.[3]
El modelo económico neoliberal mexicano, basa  su crecimiento en el uso intensivo de la fuerza de trabajo y en los bajos salarios que paga, en la disminución y/o cancelación de los derechos, conquistas y prestaciones sociales; en el agotamiento indiscriminado de los recursos naturales y del medio ambiente, lo cual ha permitido que en los últimos años se dé una fuerte inversión en las industrias extractivas.
En el NL, desvalorizando la fuerza de trabajo los capitalistas abaratan sus costos de producción. Esto genera un problema en el proceso de circulación ya que al descender los salarios cae la demanda debido a que los trabajadores no tienen, o es mínima, su capacidad de compra; compran cada vez menos. Lo que ganan los capitalistas al abaratar sus costos de producción vía salarial, se les vuelve en contra al no encontrar salida a sus mercancías, sea la realización de las mismas  en el mercado. 

“Lo que ha ocurrido en los últimos años es que las políticas neoliberales han impuesto un régimen de salarios reducidos y de trabajo precario que efectivamente ha permitido recuperar las rentas del capital. Además, esa caída en las rentas salariales obligó a que los trabajadores aumentaran su nivel de endeudamiento y, como consecuencia de ambos fenómenos resultó que las rentas principalmente privilegiadas fueran las del capital financiero”.[4]
La naciente burguesía mexicana no cumplió con su carácter revolucionario al ser incapaz de crear su propio ciclo económico, a pesar de contar con más de cuarenta años de apoyos y protección del Estado mexicano. No se innovó, no se modernizó, no se apropió de nuevas tecnologías para producir más y mejor, abaratando costos de producción: no revolucionó las formas de organizar los procesos de trabajo ni las formas de producir.
La economía de México fue desarticulada conscientemente por el Imperialismo norteamericano, y sus ciclos económicos fueron bloqueados al cancelar las políticas y los fondos financieros de fomento industrial. Con ello dejaron vulnerable a la planta productiva nacional ante una apertura unilateral de nuestro mercado de consumo a los productos de Estados Unidos y/o de sus corporativos monopólicos asentados en nuestro país. Fue una estrategia geo-política implementada y desarrollada por las empresas trasnacionales (ET), con la complacencia, anuencia y apoyo del Estado norteamericano, para asegurar mercados para sus mercancías, el surtimiento de materias primas, energía y fuerza de trabajo barata.

La productividad del aparato nacional durante el periodo neoliberal, ha dejado mucho que desear:
“...el crecimiento de la producción industrial, que se supone es el eje del proceso de acumulación, fue de 2.6% promedio anual durante los 30 años del periodo de estudio (inegi, 2010; inae-fe-unam, 2012) y nos indica que esta variable se encuentra lejos del comportamiento que tuvo en la etapa de desarrollo estabilizador o del ‘populismo’, antecedentes inmediatos del periodo neoliberal”.

Los resultados de la aplicación del neoliberalismo en nuestro país se constatan en:
Destrucción de la planta productiva nacional, destrucción de empleos productivos, el desempleo, el sub-empleo, la informalidad, la desvalorización constante y creciente de la fuerza de trabajo, la precariedad laboral, la corrupción, la inseguridad, la narcoviolencia, los ninis, la emigración al extranjero de millones y millones de mexicanos y mexicanas, la privatización de la salud y de la educación, de la energía y de todas nuestras riquezas naturales, la alta concentración de la riqueza en unas cuantas familias, la pobreza generalizada, la dependencia científico-tecnológica, la dependencia alimentaria, las concesiones de 50 y hasta 99 años a las compañías mineras, la pérdida de la soberanía nacional, la deuda público-privada, la dependencia del imperialismo norteamericano, la tercerización de la economía, la derechización y militarización del régimen, los despidos masivos de trabajadores, el incremento de impuestos y de precios, el empobrecimiento generalizado de la sociedad mexicana, la explotación infantil, la discriminación y exclusión social, el charrismo sindical, la descomposición de las instituciones como el Ejército Mexicano, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el Instituto Federal  Electoral (lFE, hoy INE), el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TRIFE), los partidos políticos, el Congreso de la Unión, la criminalización de las luchas sociales, la trata de personas, los secuestros, el robo, la manipulación mediática, el terror, la violencia, las masacres, los asesinatos selectivos, la deforestación, el lento e inestable crecimiento económico, la destrucción de empresas nacionales y de puestos de trabajo, la contracción del mercado interno, la descomposición social, el Estado fallido; la reducción del Estado a ser sólo un Estado policiaco-militar al servicio del imperialismo norteamericano, de las empresas trasnacionales y de las élites en el poder.

En suma: el saqueo total de nuestra nación, por parte del imperialismo norteamericano y de sus empresas trasnacionales, trae como consecuencias la destrucción de la planta productiva nacional y el abandono del campo con la venia, complacencia y complicidad del Estado mexicano, el cual ha estado al servicio de los grandes capitalistas trasnacionales y nacionales durante los últimos 34 años de manera abierta y descarada.
Ante esta adversa situación que padecemos la mayoría de la población mexicana proponemos implementar y desarrollar al seno de la nación mexicana:

2.2  NUESTRA ESTRATEGIA Y NUESTRA TÁCTICA EN LA LUCHA REVOLUCIONARIA.

2.2.1  NUESTRA ESTRATEGIA  es el conjunto de acciones planificadas y coordinadas sistemáticamente, en tiempo y espacio, que realizaremos para lograr nuestra misión histórica: derrotar a nuestros enemigos de clase, lo que implica la realización e implementación de un plan general para alcanzar nuestros objetivos generales. De ahí la necesidad de conocernos nosotros mismos, nuestras capacidades (fortalezas y debilidades) en todos los terrenos, para saber de qué somos capaces; conocer a nuestros enemigos y sus atributos; el terreno de las batallas; los aliados de ambos; saber la correlación de las fuerzas de nosotros y de nuestros enemigos.
Nuestro objetivo general es la abolición de todas las clases sociales para arribar a una sociedad sin clases: el comunismo en México y en el mundo, previa instauración del socialismo, como etapa anterior al comunismo. Este es nuestro objetivo central e histórico y por eso luchamos, para destruir al sistema capitalista e instaurar uno muy superior: el comunismo.

2.2.2  NUESTRA TÁCTICA consiste en los métodos específicos que aplicaremos, de acuerdo a las circunstancias de tiempo y espacio, para cumplir de forma efectiva nuestro plan estratégico, sea poner en orden los recursos para lograr nuestros propósitos inmediatos y de largo plazo en función de la estrategia trazada. Es poner en acción lo establecido por nuestra estrategia, motivo por el cual es primordial el entender y comprender el desarrollo del sistema capitalista en sus diferentes fases de desarrollo, tanto a nivel nacional como internacional; conocer las leyes que rigen el desarrollo del capitalismo, como lo es la ley fundamental del sistema capitalista: la obtención de plus valor, así como la concentración y centralización del capital, la productividad, entre otras. Esto nos llevará a comprender la lucha antagónica entre capital y trabajo, la lucha de clases, las luchas inter capitalistas y cómo intervenir para romper el ciclo del capital y lograr instaurar un régimen de y para los trabajadores con la intervención directa de los mismos en la producción, la distribución, el consumo, e instaurar sus propias formas de gobierno. Todo esto nos permitirá tener una visión clara sobre la conducción del movimiento revolucionario; sea vislumbrar las contradicciones principales y las secundarias del sistema capitalista, lo mismo que las antagónicas, y nos llevará a profundizar el conocimiento y la aprehensión del desarrollo actual del capitalismo a nivel global y local.

Urgente y necesario es la realización de un análisis riguroso y científico del  actual desarrollo del capitalismo y de la lucha de clases en el mundo y en nuestro país para tener claridad sobre quiénes conforman las fuerzas motrices de la lucha de clases y cuál es, o debe ser la clase dirigente en el actual proceso de la lucha social. Ello nos dará la pauta para crear nuestro programa táctico y estratégico, así como nuestro plan de lucha y nuestra política de alianzas tanto a nivel local, como nacional e internacional, y viceversa.

En la elaboración de una política de alianzas para enfrentar a nuestros enemigos de clase hay que hacer un análisis científico de las clases sociales y del capital, en función de la producción, la distribución y el consumo para visualizar quiénes son nuestros enemigos tácticos y estratégicos, quiénes nuestros enemigos antagónicos y quiénes pueden ser nuestros aliados en las diferentes luchas que hemos de librar para alcanzar nuestras metas trazadas.

Planificar las batallas, los enfrentamientos contra el capital y sus personeros significa prepararnos y preparar, organizarnos y organizar, educarnos y educar en la lucha a las clases  desposeídas y explotadas por el capital.

2.2.2.1  NUESTROS ENEMIGOS DE CLASE: LA BURGUESÍA NACIONAL Y TRASNACIONAL
De entrada, nuestro enemigo histórico es el sistema capitalista, sea el capital  personificado por la burguesía. Pero no es toda la burguesía en su conjunto, sino un pequeño segmento de la misma la que concentra y centraliza los medios de producción y  distribución, sea la oligarquía nacional que se encuentra aliada con el capital transnacional, sea el Imperialismo. La oligarquía nacional es el sector hegemónico de su clase y dueña de los grandes medios de producción, de distribución y el sistema financiero en el país, es la que realmente gobierna y la que controla al Estado mexicano, el cual trabaja para su beneficio. La oligarquía nacional está aliada con el capital trasnacional, el cual le transfiere una renta por sus servicios de venta de los productos de estas trasnacionales en el mercado interno nacional; entonces nuestro enemigo estratégico es el capital trasnacional expresado en el Imperialismo que se manifiesta en los grandes consorcios trasnacionales y son las que realmente imponen su voluntad de ganancia rápida y fácil mediante la oligarquía nacional que, a su vez, usa al Estado mexicano para lograr sus propósitos. El capital trasnacional está apuntalado por los EUA.

Los segmentos de la mediana y pequeña burguesía pueden y deben ser aliados en la lucha estratégica contra nuestros enemigos porque van siendo desplazados y proletarizados por las propias condiciones de concentración y centralización del capital en unas cuantas personas. Son sectores que cada día ven deteriorarse su nivel de vida y se les van cancelando las posibilidades reales de ser parte del segmento dirigente de la oligarquía.

POLÍTICA DE ALIANZAS
Una primera gran tarea es unificar a todos los afectados por el neoliberalismo, enarbolando sus propias demandas, unificándolas y dándoles la orientación política correcta para que logremos una correlación de fuerza unitaria y terminemos con este régimen que padecemos. Cada lucha, cada sector o movimiento social debe enarbolar sus propias demandas unificándolas a la lucha política, por el cambio de régimen económico, político y social.
Nuestra tarea es dar las orientaciones para que las banderas de lucha de cada sector o movimiento se integren orgánica e ideológicamente a la lucha contra el capital, la oligarquía nacional y el imperialismo y por la revolución proletaria, el socialismo y el comunismo.

2.2.2.2   EL ESTADO MEXICANO BURGUÉS
La función substantiva de todo Estado es la de garantizar la producción y reproducción del sistema imperante en beneficio de la clase en el poder, garantizándole el control sobre el resto de las clases sociales, pero además, es la que tiene el control sobre él mismo; controla el aparato ideológico-económico-político-cultural-policíaco-militar y ejerce el monopolio de la violencia institucionalizada para el beneficio de la oligarquía nacional.
La actual oligarquía nacional se ha sometido a los designios del capital transnacional de las grandes empresas norteamericanas y ha actuado como correa de transmisión implementando, mediante el Estado, una serie de medidas jurídico-institucionales para entregar los activos nacionales a las empresas trasnacionales: territorio, energía, minería, la banca, petróleo, gas, fuerza de trabajo, el mercado interno, a cambio de seguir obteniendo ganancias oligopólicas.

El proletariado en nuestro país ha ido a la baja en su organización como clase productiva. En cuanto a su participación en la vida política, también ha disminuido debido a que, a partir de 1984, se desató una política anti obrera por parte de la oligarquía nacional, por lo que ha sido mermado en todos los sentidos; ha sido golpeado de todas las formas habidas y por haber: destrucción de sindicatos, desvalorización constante y creciente del valor de la fuerza de trabajo, cierre de empresas, reducción drástica del poder adquisitivo de los trabajadores, aplicación de nuevos ordenamientos jurídicos que dan todas las ventajas a los empleadores y nulos derechos a los trabajadores, por ejemplo el “out sourcing”. La presencia del proletariado organizado ha sido cooptado desde tiempos del General Lázaro Cárdenas en las centrales oficiales (Confederación de Trabajadores de México, Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos, Confederación Regional Obrera Mexicana, Confederación Nacional de Organizaciones Populares, Confederación Nacional Campesina, Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, etc.). Hoy la participación de la clase obrera en la producción, distribución y consumo de mercancías se ha diversificado debido a que la planta productiva nacional fue desmantelada. La economía nacional tiene una fuerte tendencia hacia la terciarización (trabajo improductivo), compra-venta sin transformación de la naturaleza, lo que ha generalizado la informalidad. La pauperización de la sociedad mexicana se ha generalizado debido a las pocas oportunidades de desarrollo en el país, que cada día son menores; así la gente tiene que irse a la informalidad, ha emigrado hacia los grandes centros urbanos o hacia el extranjero, o ha caminado hacia las actividades delictivas generándose una descomposición social, empezando por el propio gobierno, en donde impera la corrupción.

TERRORISMO DE ESTADO Y FASCISMO  EN CONTRA DE LA SOCIEDAD
El Estado mexicano ha venido implementando y desarrollando una política neofascista y terrorista en contra de la sociedad, y principalmente contra los que protestamos, de criminalización de la protesta social, llegando a convertirse en una política de terrorismo de Estado en contra de nuestros connacionales al desaparecer, levantar y asesinar a luchadores sociales, creando para ello grupos paramilitares y/o asociándose con los grupos delictivos, tratando de imponer a sangre y fuego sus malditas reformas estructurales como la energética o la educativa.
Bajo el pretexto del combate a las drogas se ha militarizado al país sacando a la marina y a los militares de sus cuarteles, pero no para realmente combatir a los narcotraficantes, sino para cuidarlos, protegerlos y, en cambio, usarlos en contra de la sociedad civil, (casos de Ayotzinapa, Tlatlaya, Apatzingán), actuando en contra de las comunidades que se auto organizan con policías comunitarias para su defensa, interviniendo de maneras diferentes en los movimientos sociales con provocadores e infiltrados.
De los partidos políticos, que en alguna ocasión fueron defensores de la ciudadanía en general, hoy no existe distinción entre sus formas de hacer política; gobiernan para los intereses privados de los grandes consorcios nacionales e internacionales, apuntalan la esencia del modelo neoliberal al cual defienden y expanden a costa del sufrimiento y miseria de la población, legislan para criminalizar la protesta social, emplean la fuerza del Estado para evitar que la ciudadanía se exprese: son asesinos.

2.2.2.3   ASCENSO DE LAS LUCHAS POPULARES
Ante esta situación el ascenso de la protesta social se ha incrementado a nivel nacional; baste enunciar algunas:
la lucha por la presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero; la lucha del magisterio; las luchas de diferentes contingentes obreros; la lucha de los jornaleros de San Quintín, B.C.; la lucha de los normalistas de todo el país para que no desaparezcan las escuelas normales y se respeten acuerdos; las luchas por los derechos de la mujer; las luchas estudiantiles como en el Instituto Politécnico Nacional; la lucha de los trabajadores de la cultura; la lucha de los trabajadores del sector salud; las luchas campesinas en todo el territorio nacional; las luchas por los sistemas de justicia y seguridad pública, popular, ciudadana y comunitaria; las luchas en contra de los megaproyectos eólicos; las luchas en por las libertades y el respeto a los Derechos Humanos; la lucha de los ejidatarios de Atenco en contra de la construcción del nuevo aeropuerto internacional; la lucha por el territorio y la madre naturaleza… El descontento es generalizado y las demandas muchas.

Ante este panorama los socialistas, comunistas y revolucionarios debemos unificar a todos los afectados por el NL en contra de nuestros explotadores para lograr la más amplia unidad de acción consciente, organizada, disciplinada y planificada para imponer la voluntad popular mediante un gobierno que emerja de los de abajo, de los trabajadores, del proletariado y el resto de las clases sociales, en donde sean éstos los que dirijan sus destinos y no las castas burocráticas que han estado al servicio del capital. La unidad de acción es  para cambiar, para la transformación de la sociedad por una superior con crecimiento y desarrollo económico que distribuya equitativamente la riqueza producida. Esto requiere de la conformación de un bloque histórico dirigido por la vanguardia histórica que es el proletariado y el campesinado mexicano; en este bloque todo mundo tiene un lugar, desde los asalariados, los no asalariados, amas de casa, estudiantes, profesores, la burocracia, pequeños y medianos productores, profesionistas, etc. Todos los que hemos sido afectados por las políticas neoliberales.

2.2.2.4  LA ASAMBLEA NACIONAL DEL PROLETARIADO Y LOS PUEBLOS DE MÉXICO
La tarea táctico-estratégica para lograr nuestros objetivos pasa por la construcción de un ente que aglutine, coordine y organice a los diferentes movimientos sociales en el territorio nacional que van desde  los movimientos locales y regionales hasta los nacionales, con un solo propósito: construir el Poder Popular-Poder Soviético de masas. Este ente proponemos que sea la Asamblea Nacional del Proletariado y los Pueblos de México (ANPPM).
La construcción y consolidación, teórica y orgánica de la ANPPM deberá pasar por los procesos asamblearios, por el análisis, la discusión y el debate fraterno entre todos los que pretendemos transformar la realidad de este país para actuar con conciencia en las diferentes tareas que nos correspondan; debe ser producto consciente de todos y no de unos cuantos iluminados.
Para lograr un país superior al actual es importante trabajar en la construcción de un instrumento que unifique, eduque en la lucha de clases y dé orientación política, a nivel nacional, tomando en cuenta la situación internacional, a todas y cada una de las luchas en nuestra nación, para que no se dé una lucha aislada más y logremos la victoria imponiendo el cambio de régimen económico, político, social, científico y cultural en favor de las mayorías.
El papel que deberá desempeñar la ANPPM será el de convertirse en el instrumento de lucha de todas y todos los afectados por el neoliberalismo; será la instancia en donde se realice democráticamente el análisis político para desarrollar e implementar la orientación política de la táctica y la estrategia consensuada a seguir. Tenemos que pasar de las luchas aisladas y atomizadas hacia la construcción de  la unidad orgánica e ideológica de todos los movimientos, en uno solo, para enfrentar con éxito a la oligarquía del país e imponer nuestro proyecto de nación alterno al neoliberal.
La ANPPM será el instrumento de lucha de nuestra nación en el cual todas y todos tienen y tendrán un espacio para luchar organizadamente, tanto en lo individual como en lo colectivo, y así podamos construir el país que queremos. Una nación profundamente democrática, incluyente, solidaria, eficiente, honesta, culta, productiva y libertaria. En suma, una nación de mujeres y hombres libres.

La ANPPM deberá ser un ente de coordinación, dirección, centralización, descentralización y aglutinamiento de las diferentes luchas en el país; será independiente en lo ideológico y en lo orgánico del capital y de las instituciones existentes en el país; un ente autosuficiente y con visión y claridad  política táctico-estratégica al servicio de los explotados.

2.2.2.5   LA HUELGA POLÍTICA GENERAL
Tarea impostergable es la construcción en el imaginario de la sociedad mexicana de la Huelga Política General (HPG) como arma de tensión y presión para alcanzar nuestros objetivos en lo inmediato, el cambio de régimen económico, político, social, cultural, y la acumulación de nuestras fuerzas, tendiente a constituir un Bloque Histórico para la transformación de nuestra nación.
Para lograr lo anterior deberemos de fusionarnos en los diferentes movimientos sociales de masas  para desarrollar e implementar políticas específicas para cada uno de ellos: campesino, estudiantil, obrero, sindical, juventud, de género, etc., e ir integrando los diferentes movimientos, bajo un común denominador, a la lucha política, sea la lucha por la construcción del Poder Popular-Poder Soviético de masas para tomar el poder político de la nación, asumiendo posiciones prácticas, en lo inmediato y a largo plazo, de acuerdo a los intereses del movimiento social en general y en particular, evitando las imposiciones y las prácticas clientelares.
La implementación y desarrollo de la HPG debe ser factor de unidad de acción de todos los afectados por el neoliberalismo para enfrentar al régimen, y tiene como propósitos generar una correlación de fuerzas a nuestro favor, el derrocar al actual régimen e imponer uno al servicio de nuestra Nación.
Huelga no es sólo el cierre de los centros de trabajo, sino la expresión consciente de los afectados por el actual modelo económico, en contra del actual régimen, en donde todos y cada uno de las mexicanas y mexicanos, hagamos gala de la imaginación y de la creatividad para manifestar nuestra inconformidad con la actual situación que prevalece en nuestra nación.
La HPG es un acto unitario de parte de la población consciente mediante la cual  expresamos el repudio a las políticas neoliberales, al narco-Estado, contra la desaparición forzada, contra la ausencia de democracia, contra la poca creación de empleos productivos, contra los impuestos, contra la violencia del Estado, contra la criminalización de la protesta social, contra la privatización de nuestras riquezas, contra el imperialismo, contra la muerte, la miseria y el hambre que prevalecen en el país.
La HPG expresa la inconformidad de nuestra nación en contra de sus gobernantes de las más diversas maneras y que van desde:  la liberación de casetas, cierre o bloqueo de aeropuertos y refinerías, liberando torniquetes, marchando, haciendo pintas, perifoneando, analizando, discutiendo, portando listones de un color determinado con leyendas, obstruyendo o bloqueando el tráfico en zonas estratégicas, bloqueando o cerrando centros comerciales, haciendo foros, boicoteando a las trasnacionales, cerrando gasolineras, lanzando globos con consignas, tomando la Bolsa Mexicana de Valores, cierre de bancos, tomando secretarías de Estado, manifestándonos ante las diversas embajadas, haciendo mítines en las zonas populares, marchas de bicicletas, marchas de motos, de autos, haciendo plantones en puntos de resonancia social, realizando eventos culturales como música, teatro, danza, malabarismo, desnudos masivos con body paint en puntos clave; exigiendo la libertad inmediata de todos los presos políticos y la presentación con vida de nuestros compañeros estudiantes de Ayotzinapa.
Nuestra lucha es pacífica, recurre a la imaginación y a la creatividad de nuestro pueblo para enfrentar a nuestros enemigos desarrollando e implementando todas las formas de lucha, habidas y por haber, bajo un mando unitario y con propósitos establecidos colectivamente.

2.2.2.6   CONSTRUCCIÓN DEL MOVIMIENTO SOCIAL
Tarea substantiva estratégica y táctica es la creación, la construcción de un movimiento alterno a las reglas del sistema capitalista; al margen de la institucionalidad del régimen jurídico existente; fuera de sus instituciones, de los partidos políticos con registro; un movimiento que emerja de las bases sociales, que nazca de los procesos asamblearios con discusión y debate para que se genere un amplio movimiento en donde todos y cada uno de sus integrantes sepa el por qué y el para qué de su lucha; en suma, un movimiento social consciente de trabajar organizadamente por la construcción de una nación que genere oportunidades para todos desde abajo. Esto no quiere decir que desechemos la lucha legal, la lucha permitida por el marco burgués, sino aprovechar todos los resquicios para dar las batallas desde donde nos encontremos, reivindicando todas las formas de organización y de lucha, inventando y reinventando acciones de organización y de lucha.
Crear células y organismos de base que den sustento material a nuestro desarrollo en cada lugar donde realicemos trabajo político: en nuestra vecindad, en la colonia, en el municipio, en la región, en el Estado, a nivel nacional e internacional.

2.2.2.7   PROPUESTA ALTERNA DE NACIÓN
Construir una propuesta alterna de nación post neoliberal y un programa de acción para alcanzar una sociedad pro socialista-comunista en función de las necesidades de los diferentes  movimientos, que deberán irse consolidando en uno solo.

2.2.2.8   ORIENTACIÓN IDEOLÓGICA
Las acciones que realicemos deberán tener el sello de clase para no perder la orientación ideológica de nuestro movimiento. El acuerdo, el consenso deben ser artífices constructores de unidad consciente entre nosotros. El consenso es y debe ser, la unidad de acción previa discusión fraterna entre nosotros, aminorando el nivel de conflicto con las minorías.

2.2.2.9   EJES DE UNIDAD
Demandas que pueden unificar a todos los movimientos en uno solo:
Las 9 demandas de la Asamblea Nacional Popular y ratificadas en la Convención Nacional Popular de Ayotzinapa contienen, el grueso de las demandas de la nación, lo que implica el cambio de régimen económico, político, social, científico y cultural por uno con crecimiento, desarrollo económico y una equitativa distribución de la riqueza, sea la construcción de una sociedad incluyente, recíproca, solidaria, con ética, culta, eficiente y productiva; una nación de mujeres y hombres libres e iguales.
Los resolutivos de la Asamblea Nacional Popular (ANP) así como de la Convención Nacional Popular (CNP) que han acordado fijar como demandas centrales y han sido ejes de unidad, de acción conjunta, y pueden y deben seguir siendo ejes articuladores de nuestro movimiento unitario, son:

·         Presentación con vida de los 43 normalistas y de todos los desaparecidos y detenidos del país.
·         Castigo a los responsables y justicia a los agraviados.
·         Libertad a todos los presos y procesados políticos del país.
·         Fuera Peña Nieto y toda la estructura del Estado. Por un gobierno obrero, campesino, indígena y popular, y por el cambio de régimen económico, político, social, científico y cultural.
·         Abrogación de las reformas estructurales.
·         Por la justicia y los derechos humanos, contra los crímenes de Estado: desaparición forzada, tortura y ejecución extrajudicial.
·         Cumplimiento de las recomendaciones del relator de la ONU sobre el tema de la tortura y del grupo de trabajo y de la CIDH sobre las desapariciones forzadas. Aceptación íntegra de las recomendaciones del GIEI de la CIDH y de las 8 exigencias que hicieron los padres y madres de familia al ejecutivo federal.
·         Por la soberanía nacional y por la autonomía política, económica y social, y por la defensa del territorio, el agua y todos los recursos naturales.
·         La CNP hace suyas las demandas legítimas del pueblo y abraza todas sus luchas reivindicativas hacia la unidad del movimiento, y hacia la construcción de un referente que las unifique.

Otras demandas que nos pueden aglutinar:
·         Salarios de emergencia e incremento a sueldos, salarios y pensiones.
·         No a la criminalización de la protesta social.      
·         Por la defensa de la madre naturaleza.
·         Por el cambio de régimen económico, político, social y cultural por uno con crecimiento y desarrollo económico y una distribución equitativa de la riqueza.

2.2.2.10   LA LUCHA IDEOLÓGICA Y LA REVOLUCIÓN CULTURAL
Desarrollar y profundizar la lucha ideológica; ganar la batalla en lo ideológico y orgánico; construir las nuevas mayorías de manera consciente y que actúen con conocimiento de causa y efecto.
El debate, la lucha de las ideas la tenemos que ganar en todos los terrenos para romper las cadenas ideológicas que nos han sometido al ciclo del capital con sus Aparatos Ideológicos del Estado (AIE). Para ganarla es preciso prepararnos en este terreno, lo que implica desarrollar, implementar y profundizar la Revolución Cultural.
Nuestra lucha es de corto, mediano y largo plazos: es táctica y estratégica a la vez y, para la toma del poder vamos en el tiempo y en el espacio, creando condiciones materiales y de conciencia para hacer posible la transformación de nosotros y la sociedad mediante la Revolución de las Conciencias o Revolución Cultural. Si la sociedad mexicana vive en la inconsciencia (enajenación), entendiendo a ésta como la ausencia de conocimiento, necesitamos, obligadamente, y esta es la primera gran tarea de todos nosotros, el revolucionar las estructuras mentales para pensar, razonar, reflexionar, cuestionar, criticar, y sirva para que tomemos el destino en nuestras manos y que cada acto que realicemos en pro de la transformación de nuestra nación sea de manera consciente. Es la lucha activa, militante y organizada de la sociedad en pos de una etapa histórica superior al capitalismo.
Revolución de las conciencias es la adjudicación del conocimiento, de la cultura, de las nuevas ciencias; es una  comunicación horizontal para posicionarnos en la conciencia de la sociedad y a la vez, emplearlas como medios de enfrentamiento y liberación de nuestro pueblo. Deberemos emplear el conocimiento como arma de formación y de liberación para la construcción de una sociedad consciente, comprometida con la ética del nuevo hombre: solidario, fraterno, recíproco, igualitario.
El desarrollo del sistema neuronal de los individuos lleva a  desarrollar el internacionalismo proletario activo y militante, creando y recreando redes a nivel global, sentando bases de apoyo en diferentes naciones, iniciando con las de habla hispana y fundamentalmente con los movimientos comunistas existentes en el planeta.
La Revolución Cultural es realizar campañas de agitación y propaganda entre la sociedad para exponer y explicar el tipo de sociedad socialista-comunista a la que aspiramos; es realizar foros para debatir y posicionarnos políticamente; es editar y reeditar documentos políticos para difundir el socialismo científico y nuestras luchas entre otros. Con la Revolución Cultural estaremos dando el primer gran paso para la construcción de la sociedad a la que aspiramos: una sociedad de trabajadores dirigida por los trabajadores, los obreros, los campesinos. Una sociedad incluyente, democrática y revolucionaria.
Es construir alianzas tácticas y estratégicas con diferentes movimientos y actores en el país para aislar a nuestros enemigos y derrotarlos, buscando el accionar conjunto mediante la movilización unitaria en función de objetivos tácticos y estratégicos para organizar y organizarnos y potenciar nuestras luchas para que sea una sola y nuestra fuerza, sea la fuerza de la sociedad expresada en propuestas alternas que nos den viabilidad como nación.

2.2.2.11  PODER POPULAR Y LA NUEVA SOCIEDAD
Impulsar la más amplia unidad orgánica e ideológica de todos los oprimidos en contra de nuestros opresores, apuntalar y desarrollar la Constituyente y una Nueva Constitución para ir generando condiciones de materialización del Poder Popular que deberá emerger de los procesos asamblearios en todo el país, creando estructuras propias de la ciudadanía alternas a las existentes y al margen de sus instituciones y del capital para así lograr, a mediano plazo, la conformación de una nueva sociedad de y para todas y todos.




3 TESIS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE UN PROGRAMA POLÍTICO UNIFICADO DE LA IZQUIERDA MARXISTA DE MÉXICO

3.1  Los marxistas, socialistas y comunistas de México reconocemos en el capitalismo, independientemente de la forma que adopte, a un sistema depredador de la naturaleza y de la condición humana, en el cual la contradicción fundamental la encarnan el trabajo y el capital, contradicción que se reproduce en todas las esferas (política, social, económica, cultural, ideológica, etc.)

3.2 Nuestra lucha está encaminada a la liquidación de ese sistema y a su sustitución por un sistema que recupere la producción, la distribución y el consumo para beneficio de la mayoría de la población, y sea capaz de llevar a la humanidad a etapas superiores de bienestar social.

3.3   Las recientes experiencias latinoamericanas nos indican que, para lograr cambios profundos y duraderos, no son suficientes las victorias electorales, sino que es imprescindible una verdadera toma del poder político, económico e ideológico.

3.4   La envergadura de esta tarea nos demanda generar condiciones para el cambio en todas las esferas de la vida individual y social, sin minimizar espacios de lucha, pues en todos existen potenciales elementos para la toma del poder por los trabajadores y los pueblos de México.

3.5   Esto nos lleva a la necesidad de comprender que, tanto a nivel nacional como internacional, el proletariado se ha diversificado y ampliado a diversos sectores de la economía, y en cada uno de ellos se reproduce la explotación del trabajo humano por parte del capital.

3.6  Por esa diversificación y las condiciones en cada caso, las diferentes formas de lucha serán determinadas por las condiciones propias de cada sector o región, buscando ejes que las articulen con el conjunto de las otras luchas, resaltando las coincidencias y debatiendo, en lugares apropiados, las diversas interpretaciones, teóricas o prácticas

3.7  La lucha de los trabajadores, de los diversos pueblos de México y de las organizaciones socialistas y comunistas representan una valiosa experiencia acumulada que debemos recuperar e impulsar organizadamente en los nuevos espacios de lucha, encaminándola hacia etapas cualitativa y cuantitativamente superiores.

3.8   La unidad en la diversidad de las organizaciones que aspiran al cambio de sistema económico y político es fundamental, por lo que una tarea esencial de los comunistas y socialistas es construir y presentar un frente o un bloque unificado que logre estar presente, con propuestas específicas, en todas las luchas de protagonicen los trabajadores y pueblos de México en sus diferentes sectores y espacios.

3.9.  La autonomía e igualdad de las organizaciones, la libre expresión de ideas, interpretaciones y enfoques y la crítica y autocrítica serán la base de la unidad.

3.10   Crear mecanismos propios de comunicación con y entre las organizaciones, sectores y regiones en lucha será fundamental, pues los grandes medios de comunicación han sido la principal forma de difundir los mensajes, invenciones, tergiversaciones de la realidad, mentiras e ideología de dominación capitalista.

3.11   Las luchas de los trabajadores, de los pueblos de México y de los socialistas y comunistas deben establecer tácticas y estrategias de corto, mediano y largo plazos, con alianzas políticas y sociales acorde a esos plazos, pero que puedan impulsar su transformación en luchas por el socialismo y el comunismo.

3.12   Las cúpulas de la mayoría de partidos políticos registrados en el Instituto Nacional Electoral han pervertido la actividad política, buscando únicamente su enriquecimiento mediante la claudicación, la traición y la corrupción.

3.13    El sector empresarial, especialmente en su sector hegemónico, pero no exclusivamente, ha cedido ante el capital internacional, principalmente estadounidense, la propiedad y la conducción de los sectores y regiones económicos claves para el desarrollo independiente.

3.14   La burocracia política que gobierna el país en todos los niveles sólo es administradora de los recursos económicos, ejecutora de las instrucciones tomadas fuera del país en las instituciones financieras mundiales (Fondo Monetario Internacional, Organización para la  Cooperación y el Desarrollo Económicos, Banco Mundial, Organización Mundial del Comercio, Banco Interamericano de Desarrollo, Reserva Federal de EUA, encuentros empresariales en Davos, etc.), defensora de los intereses empresariales transnacionales (globales) y represora de los múltiples sectores de la población que luchan contra esos intereses y a favor de los suyos propios.

3.15  La burocracia política gobernante, las cúpulas de los partidos ligadas a ella, y las diferentes instancias organizativas empresariales, siempre van a actuar coordinadamente para defender su sistema de explotación y de enriquecimiento de unos cuantos, y en cualquier momento ejercerán violencia física y/o psicológica (como ya lo han demostrado incluso con asesinatos masivos), contra la población organizada o no, en lucha o no, pues vivimos en un sistema dividido en clases antagónicas y en pugna, y ellos no olvidan eso, por lo que actúan unidos ejerciendo todo el poder de que disponen.

3.16   A la unidad burguesa debemos oponer la unidad proletaria y popular por lo que nuestra tarea central debe de ser trabajar cada vez más en la construcción del gran frente plural y democrático de los comunistas, socialistas y pueblo de México que, además, practique el internacionalismo proletario partiendo de que la lucha contra el capitalismo voraz y depredador es una sola en cualquier parte del mundo.

3.17   Las acciones de lucha deben encauzarse a conquistar más y nuevas libertades democráticas y políticas, que tengan como base a la sociedad en su conjunto y que, sin demeritar las libertades individuales, revaloren las libertades sociales y colectivas.

3.18  Una de nuestras tareas debe ser impulsar las luchas por mejores salarios y más empleos, teniendo siempre presente que esto debe ir acompañado de mayores inversiones públicas y sociales en infraestructura y servicios que refuercen los salarios reales y los empleos duraderos, pues el mero incremento nominal al salario, sin estos apoyos públicos y sociales, sólo deviene en instrumento de beneficio para los grandes ricos al incrementar las ventas y las ganancias empresariales.

3.19  Todas las mexicanas y mexicanos tienen derecho a contar con viviendas dignas y adecuadas, por lo que compartimos las luchas por obtenerlas a través de financiamientos y créditos accesibles al alcance de la población de menores recursos, que se construyan por pequeñas y medianas empresas comprometidas con esa misma población, la que además deberá contar con la adecuada asesoría de especialistas en materia financiera, jurídica y arquitectónica y NO por las constructoras voraces y corruptas que construyen viviendas de mala calidad y violando todos los reglamentos de construcción poniendo en riesgo la vida y patrimonio de los habitantes de esas viviendas.

3.20   Reiteramos la exigencia y necesidad de una educación pública, gratuita y laica, que tenga a los estudiantes como el centro de la actividad académica, y que procure la permanente actualización del conocimiento en función de las necesidades regionales y nacionales.

3.21  La salud es un derecho natural que debe atenderse cotidianamente en todos los ámbitos de la vida y en los centros de salud pública, agilizando las consultas, los análisis y estudios, las cirugías y la proveeduría de medicamentos e instrumentos más eficaces. 

3.22   Proporcionar servicios públicos accesibles y de buena calidad debe ser una actividad de las instituciones e instalaciones del gobierno, pero cuando por cualquier razón ésta no pueda realizarse,  la subrogación de estos servicios a los empresarios que los proporcionen, deberá estar perfectamente regulada y supervisada, tener  carácter público y no propiciar espacios para la corrupción privada y pública.

3.23  El financiamiento de las actividades destinadas a apoyar a la población trabajadora y a los pueblos de México debe contar con acciones fiscales que graven a los montos de ganancias empresariales y, cuando se requiera, fijar márgenes de endeudamiento que no pongan en riesgo la soberanía económica nacional, y no aceptar  las medidas draconianas que acostumbran tratar de imponer  los organismos financieros internacionales.

3.24   Procuraremos que las inversiones hacia los sectores primario y secundario sean estimuladas y apoyadas, con orientación nacional y social.

3.25   La polución ambiental debe ser atendida inmediatamente, pues junto con el calentamiento global, atenta contra la vida humana, tal como la conocemos, y ello nos debe hacer reflexionar y tomar conciencia en torno a los patrones de producción y consumo promovidos por el sistema capitalista, que genera constantemente nuevas y artificiales necesidades, todo con el objetivo de fomentar el consumismo irracional para obtener mayores y rápidas ganancias empresariales, sin preocuparse por el impacto ambiental, tal como actualmente sucede.

3.26  La ética, la moral comunista y los valores humanos, serán pilares del accionar de los marxistas, socialistas y comunistas en los diversos ámbitos donde se encuentren luchando y abriendo posibilidades para la unidad contra la explotación del ser humano.


4  TESIS SOBRE LA FUSIÓN DE LOS COMUNISTAS, SOCIALISTAS Y REVOLUCIONARIOS MARXISTAS CON EL MOVIMIENTO DE MASAS.

4.1  FUNDIR EL SOCIALISMO CIENTÍFICO CON LA CLASE OBRERA, LAS AMPLIAS MASAS POPULARES Y LOS PUEBLOS DE MÉXICO
Una tarea fundamental para quienes levantamos las banderas del socialismo y el comunismo es  fusionar estas banderas con el proletariado y las amplias masas populares. La victoria de la táctica y la estrategia de la revolución proletaria y la dictadura del proletariado, está en relación directa y dialéctica con esta fusión en la lucha económica, la lucha teórica-ideológica, la lucha política/militar, la lucha por el poder. Marx, Engels y Lenin, principalmente, han sistematizado esto de manera científica y práctica: “La teoría se convierte en una poderosa fuerza material tan pronto como muerde el candoroso suelo popular” Esta es la tarea fundamental de quienes nos asumimos como partidarios de su teoría-ideología científica proletaria.
Para tener clara la relación dialéctica que deben tener los socialistas y comunistas con el movimiento de masas es necesario esclarecer algunos aspectos: el papel revolucionario de las masas en general y del proletariado en particular; el papel del elemento consciente (los socialistas-comunistas) para fusionar la ciencia del marxismo con el movimiento proletario; y las tareas concretas que debemos desarrollar en el momento actual de la lucha de clases.

4.2   LAS MASAS SOMOS LAS HACEDORAS DE LA HISTORIA
Los clásicos del marxismo-leninismo, no sólo defendieron, sino que demostraron científicamente las razones por las que hay que considerar a la historia como la historia de la lucha de clases, y que la moderna lucha de clases entre la burguesía y la clase obrera conduce ineluctablemente a la dictadura del proletariado. En este motor de la historia –la lucha de clases- las clases explotadas y oprimidas juegan el papel de progreso y de avanzada.
Nuestros sabios y maestros encontraron a lo largo de la historia de la humanidad que el individuo  es la síntesis de las colectividades, porque éste vive y se desarrolla en ellas. Y las colectividades son agrupaciones siempre en movimiento donde los individuos que se destacan se corresponden a las condiciones generales y particulares de dichos movimientos y de las contradicciones materiales de las cuales esos movimientos brotan. Disuelto el comunismo primitivo, estas colectividades se agrupan en clases sociales, las cuales están en constante choque entre sí por representar distintos intereses frente al proceso de producción y en la lucha política por la liberación o la esclavitud de la humanidad.
Carlos Marx y Federico Engels, desde el Manifiesto del Partido Comunista lo plantearon así: “Toda la historia de la sociedad humana, hasta la actualidad, es una historia de luchas de clases”. Sobre la base del materialismo dialéctico e histórico descubrieron las leyes generales del desarrollo de las sociedades humanas y, en particular, las leyes que rigen al capitalismo y dan origen al socialismo, como quedó demostrado con la Revolución Socialista de Octubre, la instauración de la dictadura del proletariado, la construcción del socialismo, la construcción de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), la derrota del nazifascismo y la construcción del campo socialista. En el desarrollo de estas leyes, los clásicos ubicaron el papel que han jugado y juegan las masas populares, como sujetos de estos procesos: en el esclavismo los esclavos, en el feudalismo los siervos y en el capitalismo los proletarios, como las clases explotadas y oprimidas fundamentales y jalonadoras del progreso social.
Las masas populares son entonces, las clases explotadas y oprimidas en general -vistas de conjunto- que se mueven pacífica o violentamente, que agrupan a las principales fuerzas productivas y que constantemente actúan generando el progreso material y espiritual; que luchan incansablemente para defender sus intereses y se constituyen en los principales sujetos de la historia.
En la época moderna la revolución burguesa en Francia iniciada en 1789 y la revolución proletaria en Rusia, en octubre de 1917, son los ejemplos más notorios que demuestran lo anterior: que aun cuando las masas hacen las revoluciones y las grandes transformaciones sociales, el contenido y alcance de dichas revoluciones está determinado, objetivamente, por el desarrollo de las fuerzas productivas y subjetivamente por la clase o clases que dirijan esa revolución; en este aspecto subjetivo, la Revolución Francesa la hicieron las masas, pero dirigidas por la burguesía, lo que le dio el carácter de revolución burguesa. En la Revolución de Octubre de 1917 en Rusia, fueron también las masas las que se levantaron en revolución bajo la dirección del proletariado, lo que le dio el carácter de revolución proletaria.

4.3  PROLETARIOS Y SOCIALISTAS-COMUNISTAS
¿Qué relación guardan los comunistas con los proletarios en general? Se preguntan Marx y Engels, y en seguida responden: “Los comunistas no forman un partido aparte de los demás partidos obreros (refiriéndose al partido en sentido amplio). No tienen intereses propios que se distingan de los intereses generales del proletariado... Los comunistas no se distinguen de los demás partidos proletarios más que en esto: en que destacan y reivindican siempre, en todas y cada una de las acciones nacionales proletarias, los intereses comunes y peculiares de todo el proletariado...El objetivo inmediato de los comunistas es idéntico al que persiguen los demás partidos proletarios en general: formar la conciencia de clase del proletariado, derrocar el régimen de la burguesía, llevar al proletariado a la conquista del Poder” ( del Manifiesto del Partido Comunista).
De modo que los socialistas-comunistas no podemos ni sustituir el papel de las masas, como las hacedoras de la historia, ni asumir una actitud de intelectuales alejados de las luchas concretas de las masas proletarias y populares. La revolución proletaria que está llamada a derrocar a la burguesía será obra de las masas populares, dirigidas por la clase obrera. Entre los comunistas, frecuentemente caemos en otro severo error: muchas veces pensamos que el marxismo es una teoría elevada que no está al alcance del obrero medio, y renunciamos a elevar la conciencia de clase del proletariado, y entonces, en lugar de plantearle a las masas la necesidad de la toma del poder, la necesidad de la revolución proletaria, la abolición de la propiedad privada sobre los medios de producción y la necesidad de la dictadura del proletariado, nos conformamos cuando mucho a sólo desarrollar las luchas reivindicativas e inmediatas y a rendirle culto a la espontaneidad de las masas populares, y con ello, consciente o inconscientemente, contribuimos a prolongar la explotación y la opresión de la clase obrera.
Este mismo hecho -creer que la teoría revolucionaria no está al alcance de las masas- lleva a otros compañeros solamente a estudiar, escribir y discutir sobre marxismo (marxismo de academia) alejados de las luchas concretas, lo que tampoco ayuda a crecer la conciencia y organización de clase del proletariado.
Los marxistas en todo caso, debemos asumirnos como embajadores de los intereses históricos de la clase obrera en su lucha permanente contra la burguesía y el imperialismo, ante la misma clase obrera y ante todas las demás clases sociales. Tener esta claridad evitaría que muchos de nuestros compañeros vulgaricen la ciencia revolucionaria, o que bajo una fraseología marxista en realidad se conviertan en representantes de los intereses de la pequeña burguesía, o la burguesía misma. De ahí que el papel fundamental de los comunistas es fusionar el marxismo, el socialismo científico con el movimiento de masas.

4.4  FUSIONAR EL SOCIALISMO CIENTÍFICO CON EL MOVIMIENTO DE MASAS ES LA TAREA PRINCIPAL DE LOS SOCIALISTAS Y COMUNISTAS
El socialismo científico, es la concepción del mundo que en oposición a todo idealismo y la metafísica, estudia a la naturaleza, la sociedad y el pensamiento a través del prisma del materialismo dialéctico e histórico; de ahí que en la época actual -la época del sistema capitalista-imperialista- el marxismo, el socialismo científico, es la ciencia de la revolución proletaria y la dictadura del proletariado.
El materialismo histórico es la síntesis de la experiencia de toda la historia de la humanidad hasta nuestros días y desde que la sociedad se dividió en clases sociales, es la historia de la lucha de las clases.
El proletariado, en el sistema capitalista de producción existe como una clase en sí, es decir, sólo como parte de la sociedad, como productor de la riqueza social que la burguesía se apropia; pero para convertirse en agente transformador de las condiciones de explotación en que vive, debe adquirir una conciencia de clase, es decir, convertirse de clase en sí, en clase para sí; este paso en que el proletariado adquiere conciencia de clase no se da por generación espontánea; aquí es donde los comunistas y socialistas intervenimos -de hecho es nuestra razón de ser- de manera sistemática, organizada, consciente y planificada.
Pero ¿Qué es la conciencia de clase del proletariado? A pesar de que entre los revolucionarios y los socialistas-comunistas marxistas, es una cuestión que tenemos muy clara, vale la pena precisar que la conciencia de clase del proletariado es su capacidad de comprender la realidad en que vive, la naturaleza explotadora del sistema de producción capitalista; y comprender su papel histórico como la clase llamada a destruir este modo de producción mediante su intervención consciente, organizada y planificada a través de la revolución proletaria, para instaurar su dictadura y construir el socialismo, conduciendo el proceso hasta la abolición de la propiedad privada sobre los medios de producción, la extinción de las clases sociales y del Estado. Es decir, hasta el comunismo.
La importancia de poner este énfasis radica en que muchas veces, se entiende la conciencia de clase  como la capacidad de la clase obrera de conocer el grado de explotación en la que se halla, y luchar sólo por mejor salario, etc.; impulsando un movimiento de oposición al régimen, un movimiento de resistencia y contestatario, oponiéndose sólo a la parte más reaccionaria de la oligarquía financiera, al fascismo, rindiéndole culto a la socialdemocracia y al reformismo.
Pero la conciencia de clase del proletariado no se adquiere sólo con la suma de conocimientos, se adquiere con la fusión del marxismo-leninismo con el movimiento proletario, con el movimiento de masas; la teoría revolucionaria es la síntesis de la experiencia  de la lucha de clases del proletariado, pero no se aplica de manera mecánica al momento actual; las condiciones del desarrollo del capitalismo en nuestros países, el desarrollo mismo del proletariado tienen sus particularidades, por eso es imposible imbuir de teoría revolucionaria sin formar parte de ese movimiento; tampoco siendo parte del movimiento obrero y de masas se adquiere en automático la consciencia de clase, así sea el movimiento más poderoso, como ya lo anotamos: “Sin teoría revolucionaria, no hay movimiento revolucionario” (Lenin, ¿Qué hacer?).
La teoría revolucionaria eleva la conciencia de clase del movimiento de masas, pero también la lucha por la revolución y las experiencias concretas y prácticas del proletariado van retroalimentando la teoría revolucionaria; ambos elementos tienen una relación estrecha, la teoría revolucionaria no sobrevive sin la práctica revolucionaria.

4.5  CONSOLIDAR EL PROCESO DE ACUMULACIÓN REVOLUCIONARIA DE FUERZAS ES LA TAREA CENTRAL DEL PROLETARIADO EN LA ETAPA ACTUAL DE LA LUCHA DE CLASES EN MÉXICO
Los socialistas y comunistas en México, para desempeñar efectivamente nuestro papel histórico, se hace indispensable que tengamos claro que la etapa actual de la revolución proletaria se caracteriza por ser una etapa de acumulación revolucionaria de fuerzas; en nuestro país la crisis general del capitalismo se agudiza; la reciente crisis cíclica que vivió el mundo a partir del 2007-2008, ha dejado estragos incalculables, que vienen descargándose sobre las espaldas de la clase obrera, la población desposeída y los pueblos de México; en esa dirección apuntan las contrarreformas neoliberales que se han aprobado en el periodo de Enrique Peña Nieto.
La dinámica de la economía mundial, y por ende la economía mexicana (que es una economía dependiente particularmente del imperialismo yanqui), está encaminada hacia otra crisis que amenaza ser más profunda que la anterior.
En medio de esta situación, es decir, de la cercanía de una crisis económica que se acompaña de crecientes movilizaciones populares, se están creando rápidamente condiciones que pueden derivar en una crisis política y hasta en una crisis revolucionaria; situación que exige entonces que los comunistas y socialistas tengamos presente que la revolución en nuestro país puede pasar de esta etapa de acumulación revolucionaria de fuerzas a una etapa pre-revolucionaria; desde luego, el curso de la historia no es lineal, ni las revoluciones se han producido de manera automática cada cierto tiempo. La revolución proletaria tampoco será resultado sencillo o espontáneo del curso natural de nuestra historia, máxime cuando la reacción imperialista y la oligarquía financiera nacional, buscan impedir a toda costa un desenlace revolucionario a la crisis actual; de hecho ellos buscan imponer una salida fascista a su crisis, sin descartar la salida socialdemócrata o populista, que bien les puede ser útil para apaciguar cualquier estallido revolucionario. Pero el desenlace real dependerá de la correlación de fuerzas que en su momento se logre desarrollar entre la burguesía y el proletariado.
Entonces, la tarea actual del proletariado mexicano y el movimiento de masas es consolidar su proceso de acumulación de fuerzas, para estar en condiciones para la toma del poder, en una eventual etapa revolucionaria, que más tarde o más temprano ¡Vendrá!
¿Qué significa consolidar el proceso de acumulación revolucionaria de fuerzas? Es evidente que estamos señalando que no vamos a partir de cero; tenemos ante nosotros un movimiento de masas activo, ora estalla allá, ora en acuyá; todos los días se suman nuevos sectores de inconformes en la calle. Aunque de manera lenta, la clase obrera se va incorporando al movimiento de masas; sí que es un movimiento de masas espontáneo, pero muy activo. No es nada difícil enumerar, por ejemplo, que en los meses que llevamos de este año se han dado huelgas importantes, como la de los trabajadores de  la empresa de capital norteamericana Lexmark en la frontera norte, de la Sección 271 en la Ciudad Proletaria de Lázaro Cárdenas, Michoacán, del Sindicato de Mineros y de los trabajadores de Nissan en Morelos; o movimientos campesinos, indígenas, como la rebelión  de los indígenas en el municipio de Oxchuc, Chiapas, las multitudinarias movilizaciones contra el gobernador Graco Ramírez del estado de Morelos (en el centro del país), las caravanas de los Padres de Familia de 43 estudiantes  normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, que recorrieron más de la  mitad del territorio nacional, la jornada de movilizaciones del 26 al 29 de enero, las movilizaciones de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y en particular las de la secciones 7 y 40 de Chiapas, en oposición a la reforma educativa.
Hay un movimiento de masas que amenaza con generalizarse. Tiene grandes cargas de gremialismo, economicismo y regionalismo, pero por ello es indispensable que los comunistas y revolucionarios actuemos ahí con esos movimientos, pero no intervenir en ellos con voluntarismo; es necesario que sea una labor sistemática y planificada, persistir hasta que no haya un sólo movimiento de masas en el país que carezca de perspectiva revolucionaria marxista, aún en el propio terreno de la democracia electoral burguesa, como este de 2016.
Otro elemento que tenemos como un punto de apoyo muy sólido para avanzar en la consolidación de la acumulación revolucionaria de fuerzas es la generalización de la consigna ¡Ni una lucha aislada más! dentro del movimiento organizado; en el país no hay ya organización popular o sindicato democrático que reniegue de esta necesidad; además, en los últimos 10 años de la historia del movimiento de masas hemos realizado suficientes ensayos con múltiples iniciativas de procesos unitarios, que de igual manera, cualquier compañero más o menos involucrado en la lucha nacional puede recordar sin problemas; las agrupaciones y reagrupaciones de los distintos procesos unitarios en el país han llevado a lo que hoy tenemos: una Asamblea Nacional Popular (ANP), con el liderazgo de los Padres de los desaparecidos de Ayotzinapa, un Frente Amplio Social Unitario (FASU), que encabezan el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM) y el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma de México (STUNAM), un proceso de Constituyente Ciudadana y Popular, con personalidades como el sacerdote Raúl Vera, el colectivo de intelectuales y personalidades progresistas “México Hoy”,  el movimiento Por una Constituyente Democrática y Popular para la Ciudad de México, el de por sí histórico y ejemplar proceso encabezado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, las Juntas de Buen Gobierno y La Otra Campaña; el conjunto de iniciativas prácticas que ha empujado la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación; las Milicias Populares en forma de Policías Comunitarias y Autodefensas Populares y diversas expresiones similares locales, sectoriales y temáticas. Cada cual con su propio perfil, pero todos llamando a la unidad, desde luego, todavía desde lógicas distintas que se deben ir destrabando en un debate serio y profundo.
Hemos tenido, tenemos y debemos cualificar planes de acción más o menos unitarios en el país, como el que concluye en mayo y que unifica a casi todos los proceso unitarios, y consta de acciones nacionales y centralizadas los días 26 de cada mes, 17 al 20 de marzo en el aniversario de la Huelga de San Quintín, el 10 de abril y cierra con las acciones generalizadas entre el 15  de abril, y cierra con la Huelga Magisterial Nacional que inicia el 15 de mayo.
De ahí que, hasta cierto punto, es muy natural que concluyamos que para combatir la dispersión, disparidad y espontaneísmo de nuestros movimientos de masas y para consolidar esta etapa de la acumulación revolucionaria de fuerzas, necesitamos trazar un sólo plan de lucha para todo el país, necesitamos construir con todos los movimientos, pueblos, sindicatos, procesos, colectivos... una gran Asamblea Nacional del Proletariado y los Pueblos de México, que establezca un comando unitario, para darle organicidad, estructuración, secuencia, generalización, centralización y planificación al movimiento de masas en todo el país, un Frente Único del Trabajo contra el capital.
Y para combatir la dispersión de los golpes que le damos cada quien por su lado al régimen, en las huelgas y acciones aisladas, necesitamos con urgencia ganar la voluntad del movimiento de masas para el estallido de la Primera Huelga Política General en el país.
Un programa táctico-estratégico único, que plantee la toma del poder por el proletariado, que a su vez contenga el programa reivindicativo como la derogación de las contrarreformas neoliberales de Peña Nieto, la presentación con vida de los desaparecidos, la libertad de los presos políticos, justicia para los asesinados, entre otras reivindicaciones, es otra de las necesidades imprescindibles para consolidar este proceso de acumulación de fuerzas del proletariado, las amplias masas populares y los pueblos de México.
Los comunistas y socialistas debemos ser la punta de lanza para alcanzar estos objetivos; en ello radica nuestra verdadera labor militante en la presente coyuntura; ser consecuentes con esta perspectiva es lo que nos ha de diferenciar con los representantes de la pequeña burguesía, que le rinden culto a la espontaneidad de las masas y se colocan a la cola de la socialdemocracia.

4.6  LOS SOCIALISTAS Y COMUNISTAS DEBEMOS FUSIONARNOS CON LAS MASAS POR LA VICTORIA DE LA REVOLUCIÓN PROLETARIA
En la determinación del carácter de clase de nuestro quehacer político como socialistas-comunistas, como revolucionarios marxistas, no hay medias tintas: reconocemos que son las masas las hacedoras de la historia, luchamos por abolir la propiedad privada de los medios de producción, y queremos conducir a la clase obrera a la toma del poder, objetivos que sólo se lograrán mediante una revolución proletaria.
Efectivamente, la revolución proletaria puede no estar a la vuelta de la esquina como suele decirse, pero nuestro papel radica en preparar a la clase obrera, política, ideológica y organizativamente para la revolución; hay que ser audaces e inteligentes, no trasladar mecánicamente experiencias de otros tiempos y lugares, dicen otras voces; eso es verdad, pero los socialistas-comunistas no podemos renunciar a nuestro papel histórico, a dirigir a la clase obrera hacia la toma del poder; la táctica puede variar a cada momento, en 24 horas puede cambiar radicalmente; podemos utilizar las formas de lucha más pacíficas, que correspondan a una coyuntura específica, por ejemplo participar en un proceso electoral, pero en otro momento boicotear las elecciones, como lo hicieron las masas en diversos puntos del sureste mexicano en junio del año pasado, pero lo que no podemos hacer es esconder nuestro objetivo fundamental, la instauración del socialismo y el comunismo en México y el mundo.


5 TESIS SOBRE LA NECESIDAD DE LA UNIDAD DE LOS COMUNISTAS, SOCIALISTAS Y REVOLUCIONARIOS MARXISTAS EN MÉXICO

5.1   EXISTE LA CONDICIÓN OBJETIVA PARA EL DESARROLLO DE LA UNIDAD DE LOS COMUNISTAS EN MÉXICO
La condición objetiva para la unidad de las fuerzas de los socialistas, comunistas y marxistas, está determinada por las condiciones de explotación de los trabajadores mexicanos, cada vez más pobres y paupérrimos, por una clase burguesa minoritaria cada vez más rica y poderosa. La relación de sometimiento de la clase obrera representa una contradicción que genera por un lado inmensas masas de mexicanos pobres y una minoría de ricos empresarios aliados al capital mundial. Esta polarización social es hoy más evidente que ayer, debido a que la necesidad capitalista de expansión y dominio de los mercados mundiales se traducen en el aniquilamiento de las pequeñas y medianas industrias (que en países como el nuestro representan a cerca del 90% de las empresas), en una mayor expansión del capital extranjero y por ende en una mayor dominación  económica y política.
Las fuerzas de la izquierda proletaria son las que han decidido colocarse del lado del pueblo trabajador, de los campesinos, los indígenas y de todas las masas pobres y explotadas y de los pueblos de México, realizando la construcción del pueblo organizado, llamado a dar la última y decisiva batalla contra el imperialismo. Siendo esta condición de lucha la que determina nuestra existencia, nuestra acción ante una realidad económica, política y social, y ante un enfrentamiento de clases, existe entonces la condición subjetiva para la unidad.

5.2   EXISTE LA CONDICIÓN SUBJETIVA PARA EL DESARROLLO DE LA UNIDAD
En el pasado han sido numerosos los intentos de distintas organizaciones para conformar la unidad de la izquierda, desde antes de la fundación del Partido Comunista de México (Sección Mexicana de la Internacional Comunista en 1919), como posteriormente a este evento. Tanto a nivel de procesos de tipo pro partidario, como a nivel del proceso del trabajo entre las masas, e incluso de carácter político-militar. En el periodo inmediato, citamos, sólo para recordar algunos: la Liga Leninista Espartaco, la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM), el del Frente Nacional Contra la Represión, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), la Coordinadora Nacional Plan de Ayala, la Coordinadora Sindical Nacional, la Coordinadora del Movimiento Urbano-Popular, la Asamblea Nacional Obrero-Campesina-Popular, el Frente Nacional de Organizaciones de Masas, el Frente Amplio para la Construcción del Movimiento de Liberación Nacional  (FAC-MLN), el Frente Zapatista, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, el Ejército Popular Revolucionario, la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, el Foro de la Izquierda Proletaria (FIP), el Diálogo Nacional, el Movimiento por la Soberanía, el Congreso Social hacia un Nuevo Constituyente, La Otra Campaña, el Frente Nacional de Lucha por el Socialismo, el Movimiento Comunista Mexicano (MCM), el Frente Amplio Social Unitario (FASU), la Federación de Socialistas y Comunistas de México (FESOCOM), las diversas milicias populares, la Asamblea Nacional Popular-Convención Nacional Popular, entre otros.  La constitución de un sistema de gobierno corrupto, sustentado políticamente en un partidismo electoral viciado que nace como parte del proceso de reforma del Estado, ha definido mejor que antes a quienes conformamos la izquierda socialista y a quienes engañan al pueblo autoproclamándose de izquierda. Hoy nos identificamos claramente los que luchamos por el socialismo y los que sólo aspiran a vivir enriqueciéndose en el poder a costa del trabajo de los mexicanos.
En este momento se hace necesario que exista en el plano de la confrontación de clases la alternativa de la izquierda revolucionaria marxista, cuya misión fundamental debe ser la de educar, organizar, dirigir y prepararse con las masas trabajadoras y pobres para la contienda principal y definitiva, proceso largo y producto de la labor constante y férrea de generaciones de compañeros y compañeras.

5.3   HACIA LA CONSTRUCCIÓN PRÁCTICA Y CONCRETA DE LA ASAMBLEA NACIONAL DEL PROLETARIADO Y LOS PUEBLOS DE MÉXICO
La necesidad de la unidad de la izquierda proletaria marxista y del movimiento de masas no es expresión del grito de una sola organización; en la práctica, por todos los rincones del país, se vienen construyendo los embriones de lo que, como FESOCOM, consideramos deba ser la Asamblea Nacional del Proletariado y los Pueblos de México. Es un eco que viene caminando, por ejemplo, desde  los trabajos de la Promotora por la Unidad Nacional contra el Neoliberalismo, el llamado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en su Sexta Declaración de la Selva Lacandona y el impulso de La Otra Campaña, el Foro de la  Izquierda Proletaria, el Frente  Amplio Social Unitario (FASU), la ANP- CNP,  los foros y demás eventos que al respecto se han hecho, como el I Encuentro Nacional por la Indignación; en fin, en muchas formas de lucha y organización de carácter nacional, local, sectorial y temático.  
En todos ellos, las fuerzas que luchamos por la revolución proletaria, el socialismo y el comunismo incidimos de una u otra manera. Incluso organizaciones de masas, como por ejemplo la CNTE y la FECSM que, abiertamente, se declaran por el socialismo. Tal circunstancia ha quedado definitivamente establecida al observar la composición de las fuerzas que participan en ellas, sin soslayar la presencia de otras corrientes políticas e ideológicas. De todas maneras, desde cualquier elaboración teórica-programática que queramos ver el proceso, la lucha de clases ha llegado a tal grado en que la clase por excelencia explotada y oprimida (el proletariado), no puede emanciparse de la clase que la explota y la oprime (la burguesía) sin emancipar –de una vez por todas y para siempre al mismo tiempo- a la sociedad entera de la explotación, la opresión y la propia lucha de clases. El embrión de esta emancipación está –según nosotros- en la construcción de la ANPPM como Poder Popular-Poder Soviético de las masas.

5.4   DESTRUCCIÓN DEL MODO DE PRODUCCIÓN CAPITALISTA
Las organizaciones que integramos las fuerzas proletarias, entendemos que el capitalismo es un modo de producción que se basa en la explotación de los trabajadores para que los capitalistas obtengan ganancias individuales. Es un sistema que se ocupa en mantener los privilegios de los capitalistas a costa de la ruina, guerras y la hambruna de los pueblos del mundo. Es en este sentido, que nuestras organizaciones se plantean la destrucción del modo de producción capitalista y su remplazo por el modo de producción comunista, en donde la economía esté al servicio de la humanidad.



5.5   LA TOMA DEL PODER POR LOS TRABAJADORES
Las fuerzas de la izquierda proletaria que emprendemos la tarea de construir la unidad socialista, somos antiimperialistas y anticapitalistas, trabajamos para la toma del poder, lo que de acuerdo a nuestra realidad concreta implica destruir al Estado burgués, pilar central del imperialismo y del capitalismo.

5.6   EL MARXISMO, TEORÍA CIENTÍFICA
Las fuerzas socialistas reivindicamos y adoptamos al materialismo dialéctico e histórico como el fundamento de nuestra acción política, es decir, al marxismo como la teoría científica que sustenta a la sociedad comunista para el surgimiento de un mundo mejor y una nueva etapa en el desarrollo de la humanidad, siendo además la teoría y la experiencia acumulada de las luchas revolucionarias de la clase obrera y de los pueblos del mundo por la emancipación del ser humano.
A partir de este fundamento, del conocimiento e interpretación de la realidad nacional e internacional y de su compromiso práctico con los intereses del  proletariado, debemos asumir el deber y la convicción de impulsar la unidad de las fuerzas proletarias.

5.7   LA UNIDAD Y UNA NUEVA CONSTITUCIÓN
Las organizaciones socialistas de México debemos tener la firme determinación de luchar para instaurar un Estado democrático de los trabajadores, expresión teórico-política de la dictadura del proletariado, asumiendo un programa de tareas patrióticas, democráticas y socialistas en un camino sin interrupción hasta la plena instauración del socialismo y su norte, la sociedad comunista.
Ante la actual crisis económica, política y social del capitalismo, los socialistas y comunistas debemos impulsar una etapa revolucionaria que tiene sus premisas en condiciones objetivas que llevan a la consolidación de la conciencia y el convencimiento de la mayoría de los actores políticos populares y en resistencia, de que es necesario aglutinar a todas las fuerzas políticas del país que se manifiestan de diversas formas y con diferentes luchas, en contra de la política neoliberal y la dominación imperialista, con sentido patriótico, democrático y revolucionario. Uno de los puntos centrales para la constitución de esa gran fuerza unitaria puede ser, el trabajo por un Nuevo Constituyente Democrático y Popular que redacte una Nueva Constitución cuyos principios deben ser: la soberanía popular, la democracia directa, la democracia participativa y el ejercicio permanente de la voluntad popular; abriendo espacios de discusión y consulta a las mayorías del país para que esa nueva constitución y proyecto de nación democrático-popular allanen el camino al socialismo y el comunismo.

5.8   UNIDAD EN LA ACCIÓN
La unidad de las fuerzas socialistas no es producto de la resolución de un foro, asamblea, conferencia o congreso, sino que es el resultado de un proceso cuya característica fundamental es la firme convicción y decisión de impulsar y forjar la unidad. Esa convicción y decisión se muestra en la acción y que es ésta la que construye la confianza entre nosotros, elemento esencial e indispensable para y de la unidad.
 La firme convicción y decisión de construir la unidad, y como elemento esencial, la confianza entre nosotros, surge del convencimiento de nuestra lucha antiimperialista, por la libertad y la igualdad entre el hombre y la mujer, por la revolución socialista como único camino hacia el comunismo, única salida para un mundo mejor; de nuestra conciencia e ideología proletaria y nuestro compromiso con el pueblo y los oprimidos de México y del mundo.

5.9   ÉTICA Y MORAL COMUNISTA
El proceso de unidad requiere de la absoluta convicción de que entre nosotros deben prevalecer los principios básicos que consideramos son los pilares de la confianza, principios que se sustentan en la ética y la filosofía marxista y que han sido base de la acción revolucionaria de los pueblos; principios que no constituyen un valor normativo sino el resultado de la moral comunista y la aspiración de la humanidad a elevar su actuación y su sociedad a valores superiores; principios que no constituyen una obligación estatutaria para nosotros como individuos ni para nuestras  organizaciones, sino que son las normas que aspiramos cumplir para participar en el proceso revolucionario. Por todo ello, sin que sean los siguientes los únicos e inamovibles postulados que constituyan o forjen una doctrina dogmática y, por el contrario, que sean las bases para que evaluemos nuestra propia actitud y accionar, como la de los demás, y para forjar la confianza, debemos establecer los principios sobre los cuales debe descansar nuestro proceso unitario, de los cuales exponemos para su discusión y análisis los siguientes:

5.9.1 El proceso de unidad requiere que las relaciones entre nuestras organizaciones y fuerzas proletarias hermanas, se finquen sobre los pilares de igualdad, respeto y apoyos mutuos, discusión y solución de los problemas de manera fraternal, franca, crítica y autocrítica, en forma oportuna.
5.9.2  El proceso de unidad requiere del respeto a la dignidad humana, rescatando y reivindicando los derechos humanos, premisa esencial para el desarrollo de la capacidad y de las aptitudes de cada persona.
5.9.3  El proceso de unidad requiere del respeto a la libre expresión de las ideas, propuestas y alternativas, con base en la igualdad, sin distinción por circunstancias étnicas, sociales, económicas, políticas, culturales, cuantitativas o cualitativas o de cualquier índole, que discriminen, menoscaben o afecten de algún modo el pleno ejercicio de sus capacidades, la aportación de su experiencia, conocimiento y voluntad de cada camarada.
5.9.4   El proceso de unidad requiere de la más amplia solidaridad y camaradería irrestricta e incondicional entre los compañeros como entre las organizaciones.
5.9.5  El proceso de unidad requiere del respeto a la autonomía de las organizaciones, entendida como la libre decisión y determinación, considerando su trayectoria, sus postulados, planteamientos y resoluciones, con el compromiso de las demás para estudiarlos y comprenderlos.
5.9.6  El proceso de unidad requiere del reconocimiento de todas las formas de lucha, considerando que éstas no solamente llevan implícita la sincera intención de contribuir al cambio revolucionario, sino que es la misma práctica y el desarrollo del accionar político los que determinan la certeza  de las mismas y que es aquél un instrumento para la formación de conciencia, de acumulación de experiencias  y de desarrollo organizativo.
5.9.7  El proceso de unidad requiere de la crítica y la autocrítica entre los compañeros y entre las organizaciones, del balance de nuestro accionar, como método de descubrimiento de nuestros errores y desaciertos  y de superación de los mismos, así como de valoración de los alcances de nuestros logros. 
5.9.8  El proceso de unidad requiere de la planeación, organización, ejecución y balance conjunto de nuestro accionar político, asumiendo el cumplimiento colectivo entre todas nuestras organizaciones de cada una de las actividades que impliquen el desarrollo de la acción, considerando cada uno de los detalles implicados en la misma.
5.9.9  El proceso de unidad requiere del reconocimiento de la existencia de numerosos (as), compañeros (as) y organizaciones políticas, “chicas” o “grandes”, que a lo largo y ancho del país postulan el marxismo y reivindican al socialismo y al comunismo como el resultado del desarrollo social y el advenimiento de un mundo mejor.
5.9.10  El proceso de unidad comunista requiere del internacionalismo proletario militante, reafirmando que la clase obrera es una sola, con intereses y objetivos comunes y se une en el combate en todos los lugares del mundo. Nuestras luchas están unidas con las batallas que libran nuestra clase y nuestros pueblos en todos los continentes contra el imperialismo y el capitalismo.
5.9.11 El proceso de unidad requiere de independencia del Estado burgués, de sus instituciones y organizaciones, así como del oportunismo, el liberalismo y la socialdemocracia, entendida la independencia como nuestro accionar propio, derivado de nuestros propios análisis, alternativas, fuerza y decisión, conforme a los objetivos que nos planteemos y no detrás de la fuerza y alternativa de movimientos ajenos a la revolución proletaria.
5.9.12  El proceso de unidad requiere de compromiso y responsabilidad, que significa asumir voluntariamente las tareas para la unidad y el cambio revolucionario, así como el cumplimiento cabal y puntual de las mismas.

ANEXO
Tesis acerca de la unidad de los marxistas
          1.  Capitalismo caracterizado como: a) sistema explotador de una minoría sobre una mayoría que no es homogénea ni orgánicamente estructurada; b) depredador de la naturaleza; c) democracia limitada y manipulada; d) represivo; e) atenta contra las libertades políticas, económicas, sociales, espirituales y la justicia.
          2.   Recuperar y construir colectivamente la alternativa marxista y el pensamiento crítico con el conjunto de pensadores marxistas, en general, y no solamente una o algunas de sus vertientes, es decir, desde diferentes perspectivas, pero con base marxista anti capitalista y evitando el dogmatismo acrítico.
          3. Analizar las diversas manifestaciones del capitalismo, ya sea en sus variantes neoliberal o intervencionista, aplicando el bagaje teórico marxista útil para nuestra realidad, sin temor a su adecuación, pero sin caer en el pragmatismo y el dogmatismo.
          4.   Asumir que el cambio hacia la toma del poder y la instauración del socialismo y el comunismo es el resultado y confluencia de varias revoluciones (política, económica, social, cultural) y de proyectos de nación tendientes a construir nuevas formas de producción, de distribución y de consumo.
          5.   Crear o reactivar una cultura (cine, teatro, performance, tecnologías de la comunicación, internet, lenguajes oral y escrito, expresión visual, canto, foros, seminarios, etc.) de izquierda anticapitalista, priorizando el interés colectivo y las coincidencias, sobre el interés particular y las diferencias.
          6.  Reivindicar los principios de solidaridad, igualdad, justicia, equidad, fraternidad y honestidad. Restaurar la unidad entre ética y política y explicitar la moral comunista. Los espacios para estas acciones deben abrirse en la vida cotidiana, en la familia, en la escuela, en el trabajo, en el centro recreativo social y cultural, etc. pues todo espacio es adecuado.
          7.  Actuar coordinadamente desde una perspectiva de izquierda, en general, y socialista - comunista, en  particular, con el objetivo de construcción en diferentes niveles y grados de organización, de acuerdo a las circunstancias específicas, para el corto, mediano y largo plazos.
          8.  Desarrollar, ante los nuevos cambios y el surgimiento de nuevas formas de producción, distribución y consumo, nuevas formas de organización y de acción de los trabajadores de esas nuevas manifestaciones, y vincularlas con las formas anteriores de organización.
          9.  Participar en todas las formas de luchas (marchas, asambleas, mítines, plantones, huelgas, paros, boicots, etc.) de los trabajadores y de los pueblos originarios de México mediante tácticas de corto, mediano y largo plazos, sin protagonismos vanguardistas, sino hombro con hombro. Al no existir un partido registrado en el INE que defienda esos intereses específicos, un Frente Único debe incorporarlos en sus puntos programáticos.
        10.  Participar en las luchas de las mujeres, por el respeto a la diversidad sexual, contra la discriminación racial, por la defensa de los migrantes, contra la pederastia, por la defensa de la vida en sus múltiples manifestaciones y contra los privilegios y corrupción de los dirigentes públicos y privados, pues son luchas en las que participan de diferente forma una creciente cantidad de mexicanos y mexicanas. En nuestra participación unitaria debemos tratar de proponer una orientación socialista y comunista.
        11.  Trabajar políticamente por la unidad, ampliando la convergencia entre organizaciones y referentes, reconociendo la igualdad y respeto entre ellas y buscando caminos unitarios consensuados mediante la discusión fraternal y autocrítica. La independencia respecto al Estado y a organizaciones ligadas a él, así como el cumplimiento colectivo de las tareas y objetivos acordados son aspectos fundamentales.

FUENTES:
- Alonso, José Luis, Reflexiones y propuestas para la unidad de la izquierda mexicana, mayo, 2015.
-Colectivo por la Democracia y el Socialismo, Los socialistas y comunistas frente al capitalismo. ¿Dónde estamos?, julio 2014.
- FESOCOM, ¿Qué es y para qué sirve la FESOCOM?, mayo, 2014.
- Ideologías en lucha: lucha ideológica, 22/X/15.
- Movimiento Comunista Mexicano, La unidad de los comunistas y socialistas mexicanos, febrero 2015.
- Movimiento Socialismo Nuevo, La situación actual de los Socialistas y Comunistas, julio 2014.
- Movimiento Socialismo Nuevo, Cómo debe darse la articulación de los Socialistas y Comunistas y cuáles deben ser los Principios para su Coordinación, agosto 2014.
- Razo H., Carlos y Rosa Ma. Romero C., Apuntes para un proyecto de nación socialista y una nación de proyectos socialistas, julio, 2014.


6   TESIS SOBRE TAREAS MÍNIMAS DE CONSTRUCCIÓN ORGANIZATIVA, PLAN DE TRABAJO Y PLAN DE ACCIÓN DE LOS SOCIALISTAS, COMUNISTAS Y REVOLUCIONARIOS EN MÉXICO

6.1  Los socialistas y comunistas debiésemos constituir y consolidar una Coordinación-Dirección Política Nacional que, con mandato de cada una de sus organizaciones y/o compañeras y compañeros, defina los ritmos y métodos del proceso unitario a nivel nacional, regional, estatal, municipal, sectorial y de base; la manera de cómo debe integrase y representarse en todos esos niveles la organización unitaria; y las formas, palancas y herramientas que se deban construir, o a las cuales incorporarse para el trabajo entre las masas y su unidad. LAS PROPUESTAS DE ESTRUCTURA ORGÁNICA PARA LA ARTICULACIÓN DE LOS SOCIALISTAS Y COMUNISTAS DE MEXICO DEBERÁ IRSE CONSTRUYENDO COLECTIVAMENTE desde la Coordinación-Dirección Política Nacional combinando dialécticamente las experiencias particulares de cada organización, de cada articulación, del propio Encuentro Internacional del Pensamiento Crítico “Volver a Marx” y de otras que nos puedan servir para consolidar este proceso.

6.2  Dependiente de la Coordinación-Dirección Política Nacional debiera establecerse una Comisión Nacional-Regional-Sectorial de Identidad Teórica-Política-Ideológica que elabore un plan general para la construcción colectiva de un PROGRAMA POR LA REVOLUCIÓN PROLETARIA EN MÉXICO, UNA TÁCTICA Y UNA ESTRATEGIA GENERAL Y UNA POLÍTICA DE ALIANZAS, a partir del estudio del marxismo, de las distintas experiencias de lucha por el socialismo y el comunismo y de las realidades de nuestros tiempos.

6.3  Dependiente de la Coordinación-Dirección Política Nacional debiera establecerse una Comisión General para el Trabajo entre y en las Organizaciones de Masas. Somos partidarios de la construcción de un Frente Único de todo el pueblo en forma de Asamblea Nacional del Proletariado y los Pueblos de México que luche por el programa mínimo y máximo de la revolución proletaria en México y que enlace dialécticamente las tareas democráticas, antifascistas, antioligárquicas, antiimperialistas, antipatriarcales, anticapitalistas, de liberación nacional y socialistas proletarias.

6.4  Dependiente de la Coordinación-Dirección Política Nacional debiera establecerse una Comisión General de Agitación y Propaganda, Difusión y Política de Medios.

6.5  Los socialistas y comunistas debiésemos impulsar como tareas urgentes y necesarias para la consolidación del proceso de Frente Único, y para derrotar a la oligarquía financiera y a todo el sistema capitalista-imperialista, la construcción práctica de la Asamblea Nacional del Proletariado y los Pueblos de México y de la Huelga Política General para elevar todas las formas de lucha y la organización de las masas.

6.6   Los socialistas y comunistas vamos a trabajar por aplicar y desarrollar el Internacionalismo Proletario activo y militante. Una tarea primera es trabajar por la victoria de la revolución proletaria en nuestro propio país. Otras pueden ser: la celebración del Centenario de la Revolución Socialista de Octubre, la celebración del Centenario de la Internacional Comunista y, la celebración del Centenario de la Fundación del Partido Comunista de México (Sección Mexicana de la IC).

6.7    Todos estos aspectos implican:
6.7.1    La construcción COLECTIVA de un Plan de Trabajo;
6.7.2  La construcción COLECTIVA de un Plan de Acción ligado y fusionado al Plan de Acción que se viene construyendo en el proceso de Frente Único.

6.8  La tarea central inmediata de los socialistas y comunistas es la fusión del socialismo científico con el proletariado, las amplias masas populares y los pueblos de México.




F r a t e r n a l m e n t e

¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAÍSES, UNÍOS!

FEDERACIÓN DE SOCIALISTAS Y COMUNISTAS DE MÉXICO



[1]  Miguel Ángel Rivera Ríos. Apertura Comercial y Restructuración Económica en México. 132.248.35.1/bibliovirtual/Libros/Dabat/html/7RIVERA.htm. Fecha de consulta: Noviembre 2013.   
[2] Paulina Irma Chávez Ramírez. Las cartas de intención y las políticas de estabilización y ajuste estructural de México: 1982-1994. Instituto de Investigaciones Económicas, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. IIECS-UNAM, pp. 33-168.
[3] Alberto Arroyo Picard. Resultados del Tratado de Libre Comercio de América del Norte en México: Lecciones para la negociación del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas. Ed. Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio. Oxfam Internacional. México, dic. 2001, p 4.
[4] Juan Torres López con la colaboración de Alberto Garzón Espinosa. La crisis financiera guía para entenderla y explicarla. Ed. ATTAC. España, 2009.  30 p.

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